El Sanse fue generoso hasta el descuento
El Sanse ayer se pasó de generoso. Regaló dos goles, derrochó energía y perdonó en ataque. Dio mucho y a cambio se llevó un empate. No se puede ser tan bueno con el rival.No obstante, el partido se desarrolló de una forma tal que, al final, el Campo de Matapiñoneras acabó vibrando con un gol en tiempo de descuento que suponía rescatar un punto. El tanto de Arellano, Titi para los amigos, fue la justa recompensa al sacrificio. Después de tanta lucha, el empate era lo menos que se podía esperar.El equipo madrileño dominó durante todo el partido, que se desarrolló en campo asturiano. Los sanseros tocaron el balón y trenzaron algunas jugadas, pero todo su ímpetu moría al pisar la cal de la frontal del área. En esos metros finales se acababan las ideas, desaparecían los rematadores y entraba en escena el barullo: jugadores de uno y otro equipo hacinados en dos metro cuadrados de arena, unos rampando por el suelo, otros dando patadas al aire y otros en el mogollón, haciendo bulto. Pero el Sanse debió de acordarse ayer del Lega y, cuando el público ya se iba, reivindicó su derecho a remontar en el descuento.