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El Ejército cingalés recupera a base donde murieron 250 soldados a manos de tamiles

REUTER

El Gobierno de Sri Lanka aseguró ayer que cientos de efectivos, enviados como refuerzo, lograron romper el cerco impuesto a la base de Pooneryn, al norte del país, por los rebeldes tamiles que el jueves dieron muerte a más de 250 soldados destinados en esa instalación militar. Otros 150 soldados permanecen desaparecidos.

El presidente Dingiri Banda Wijetunga ordenó la operación de rescate de esa importante base conjunta de tropas terrestres y navales, situada en la península de Jaffna, frente a las costas de la India. Según el ministro de Defensa cingalés, Hamilton Wanasinghe, en el rescate intervino un refuerzo de 900 efectivos, entre los que se incluían comandos especiales.

"Los tigres han huido", declaró Wanasinghe. Los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE), que luchan por la independencia del norte de SH Lanka, poblado mayoritariamente por tamiles, se responsabilizaron del ataque a la base de Pooneryn. Según Wanasinghe, los rebeldes no opusieron mucha resistencia.

En un comunicado emitido anoche desde Londres, donde los LTTE tienen su cuartel general, se asegura que los rebeldes continúan controlando Poorieryn. El comunicado indica que 400 soldados y 100 militantes murieron en los fieros combates desatados por el control de la base.

Analistas políticos aseguran que Poorieryn tiene una enorme importancia estratégica para los tigres ya que les da acceso desde la península de Jaffna que dominan, al resto del territorio de esa isla del índico.

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Wanasinghe indicó que unos 1.000 tigres atacaron la base en la que estaban destacados 1.800 soldados.

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