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Un financiero venezolano implica a Ruiz-Mateos en la muerte de Calvi

Alberto Jaimes Berti, un financiero venezolano que fue acusado en su país de una estafa multimillonaria a la Iglesia, ha declarado voluntariamente a la justicia italiana que la muerte de Roberto Calvi, el ex presidente del Banco Ambrosiano, fue el resultado de un conflicto en tomo a un importante depósito propiedad de cinco personas, entre las que cita al español José María Ruiz-Mateos. Las declaraciones de Jaimes presentan tantas lagunas y contradicciones que la magistratura romana le ha encarcelado.

No obstante, los jueces italianos han cursado una comisión rogatoria a Suiza para poder abrir la caja de la oficina de Ginebra del Banco de París y de los Países Bajos. Según el testigo venezolano, ahora convertido en implicado, en la citada caja se encuentra el tesoro que, en su opinión, desencadenó la muerte de Calvi. Se trata de un fabuloso depósito en títulos del Ambrosiano por un valor actual que el propio Jaimes Berti cifra en unos seis billones de liras (unos 500.000 millones de pesetas).La declaración del venezolano arranca precisamente del día, en 1980, en que afirma haber recibido en Londres la visita de una persona que identifica como Juan Antonio Mora-Figueroa, quien le habría encomendado el depósito, valorado entonces en 2.200 millones de dólares. El apellido Mora-Figueroa es bien conocido en Cádiz, donde uno de los miembros de dicha familia, Ramón, fue presidente de las bodegas Domecq.

El mismo Alberto Jaimes Berti está, según algunas fuentes, casado con una mujer llamada Rocío Domecq. Sin embargo, el testigo sugiere que Juan Antonio Mora-Figueroa le fue presentado por carta por José María Ruiz-Mateos, a pesar de que, en 1980, no estaba precisamente en buenas relaciones con los Domecq ni su entorno.

De ahí deduce Jaimes, o al menos así lo ha declarado a los jueces, que los verdaderos propietarios de los 2.200 millones de dólares "podrían ser el Instituto para las Obras de Religión (IOR, el llamado banco del Papa), el Banco Ambrosiano, el propio Ruiz-Mateos, y, por tanto, el Opus Dei e Inneclesia", este último un instituto que gestionaba los bienes de la Iglesia venezolana y del que Jaimes Berti fue administrador hasta que le acusaron de estafa.

Roberto Calvi fue, tal vez, el quinto propietario del dinero, según sostiene Jaimes, ya que en junio de 1983 el banquero italiano le llamó para pedirle que desbloqueara los 2.200 millones de dólares que él, entretanto, había "lavado y bendecido" en el refugio suizo. Pero el venezolano se negó, porque sostiene que las instrucciones recibidas por él eran que del depósito sólo se podría disponer con el acuerdo de sus cinco misteriosos propietarios.

Jaimes afirma que, a tal efecto, entregó a Mora-Figueroa cinco trozos cortados en zig zag de una filigrana de la que conserva, en la caja del Banco de París de Ginebra, otros tantos pedazos. De esa manera, sólo desbloquearía el depósito cuando pudiera recomponer la filigrana.

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Desmentido del Opus Dei

Tres días después de ese encuentro con Calvi, el italiano apareció colgado del puente de Blackfriars, de Londres. "Pensé que tal vez no se habían puesto de acuerdo", ha declarado Jaimes, en referencia a las gestiones que tal vez Calvi emprendiera con sus presuntos socios para lograr la liberación del depósito. El Opus De¡ calificó ayer de "inverosímil y humorística" esta versión del financiero venezolano.Jaimes subraya que su único interés en el caso es el de liberarse de un depósito que, por razones que serían obvias en el contexto de su versión, no lo ha vuelto a reclamar nadie. Jaimes Berti tiene otro curioso contencioso con el Estado español en torno a la propiedad de un cuadro de Julio Romero de Torres.

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