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PRUEBA DE FUERZA EN EL CARIBE

Aristide condiciona su regreso a Haití a que los golpistas abandonen el poder

Estados Unidos y las Naciones Unidas estaban ayer muy cerca de conseguir un acuerdo entre el presidente de Haití en el exilio, Jean-Bertrand Aristide, y el jefe de las Fuerzas Armadas, Raoul Cédras, por el que el general renunciaría a su cargo a cambio de la participación en un Gobierno ampliado de algunas personas de confianza de los militares. No obstante, Aristide condicionó su regreso el 30 de octubre a "la salida de los golpistas".

El compromiso, que todavía era discutido anoche, incluiría una declaración del primer ministro haitiano, Robert Malval, fiel al presidente en el exilio, en la que anunciaría la "ampliación" de su Gabinete con personas de "probada honestidad e integridad". En la negociación de este acuerdo, que permitiría el regreso de Aristide a Puerto Príncipe el próximo día 30, participaron el emisario especial de las Naciones Unidas para Haití, Dante Caputo, y el embajador norteamericano en ese país caribeño, William Swing.Las fuentes que informaron de esta negociación advirtieron que Malval y Aristide tienen ciertas reservas sobre el acuerdo, ya que podría ser utilizado por los militares para conservar prácticamente intacta la actual estructura de poder en el país.

La búsqueda de un nuevo compromiso fue decidida por las Naciones Unidas y Estados Unidos ante la evidencia de que el general Raoul Cédras no estaba dispuesto a abandonar su cargo de acuerdo a lo pactado en julio pasado en la llamada negociación de la Isla del Gobernador, en Nueva York. Este compromiso es interpretado por sus dos promotores como la única fórmula que permitiría la democratización de Haití sin recurrir a la fuerza militar.

Amenaza del primer ministro

En Puerto Príncipe, el primer ministro Malval anunció que dimitirá de su cargo si el 30 de octubre el presidente Aristide no ha vuelto a su país. Malval mantuvo el martes una conversación telefónica con el presidente depuesto. El portavoz de la Embajada estadounidense en Haití, Stanley Schrager, manifestó que todavía es "posible" un regreso de Aristide el próximo 30 de octubre, tal y como prevé el acuerdo. Subrayó que la operación "Apoyo a la democracia", nombre dado al despliegue naval norteamericano alrededor de Haití, continuará para obligar a los militares a respetar lo pactado por Cédras con Aristide.

"Las autoridades militares haitianas deben pedir públicamente la vuelta de la misión de las Naciones Unidas a Haití y el general Cédras debe solicitar su pase a la situación de retiro", dijo el embajador norteamericano. Los asesores de Aristide ya han alquilado el avión que, en principio, debe trasladar al presidente derrocado a Puerto Príncipe dentro de nueve días.

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Los parlamentarios favorables a los militares golpistas pidieron ayer la aprobación de una ley de amnistía para los crímenes políticos cometidos desde el golpe del 29 de septiembre de 1991, que derrocó al presidente constitucional de Haití. Aunque Aristide emitió a principios de mes un decreto presidencial que concede una amnistía , por "todos los delitos políticos", el Ejército no cree en su palabra.

Las calles de Puerto Príncipe estaban tranquilas ayer, tercer y último día de luto por el asesinato, hace una semana, del ministro de Justicia, Guy Malary, un partidario del presidente Aristide. Las honras fúnebras han sido convocadas para hoy.

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