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"Andorra no puede ser un 'duty free"

Óscar Ribas, jefe del Gobierno andorrano, apuesta por el cambio

El Principado de Andorra ingresó en la ONU el pasado 28 de julio. "El ingreso abre grandes posibilidades con vistas al futuro; nos facilita el acceso a otras organizaciones internacionales y nos da la posibilidad de dialogar con otros Estados", asegura a este diario Óscar Ribas, jefe de Gobierno de Andorra desde 1981 y que ha llevado adelante el proceso de reforma institucional con el que el país empezó a romper con sus estructuras medievales.Según Ribas, la adopción de la recién estrenada Constitución "era el único modo de conseguir el reconocimiento internacional del estatuto andorrano" y era "fundamental para asegurar su superviviencia". "Andorra no podía subsistir en el mundo moderno como un territorio indefinido, como un duty free perdido en medio de los Pirineos", añade.

Ribas logró la admisión de Andorra en la ONU en un tiempo récord. "El viento ha soplado a nuestro favor. No ha habido ninguna intervención especial, sólo circunstancias favorables, como la coincidencia de España y Francia en el Consejo de Seguridad, que nos apoyaron incondicionalmente", asegura el hombre de 58 años que realmente gobierna el estado pirenáico frente a los copríncipes -el obispo de Urgell y el Presidente de la República Francesa- que, de acuerdo con la recién estrenada constitución reinarán sin gobernar.

Con Andorra, el catalán ha entrado en la ONU como idioma oficial y Ribas manifiesta su comprensión por la simpatía con que Cataluña ha recibido el evento. "Somos primos hermanos y es lógico que se hayan sentido identificados con Andorra", dice al añadir, sin embargo, que las relaciones institucionales futuras de su país "serán con el Estado español, aunque conservaremos con Cataluña las buenas relaciones de vecinos que siempre hemos tenido".

Con una población de 61.000 habitantes, de los que solamente 13.500 son andorranos, y con un monocultivo comercial, Andorra se enfrenta al reto de sobrevivir en la gran Europa a las puertas del siglo XXI. "Hace 10 años, este cambio era impensable", dice Ribas al subrayar que "por ahora, el ciudadano no notará cambios inmediatos". "Las principales dificultades no han venido de dentro, sino que hemos debido convencer a nuestro entorno de la necesidad del cambio", añade.

En relación con el nuevo marco de relaciones con los copríncipes, que antes ejercían el poder absoluto, Ribas reconoce que "todo cambio es traumático", así como la "dificultad que representará para los políticos asumir una separación de poderes equilibrada". "El secreto de la democracia, según el planteamiento de Montesquieu, es de conseguir el equilibrio de los tres poderes, no siempre fácil", subraya.

Una de las consecuencias de la Constitución será el fin del oligopolio bancario. Ribas afirma que "es evidente que se prepara un nuevo diseño económico del panorama andorrano, no solamente en las entidades bancarias, sino también en la limitación de participación extranjera en las sociedades". "Creo que dicha apertura deber ser moderada y controlada", añade.

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En opinión de Ribas, el número de residentes famosos que aprovechan las ventajas fiscales del Principado "no es tan importante". "La concesión de residencias está regulada por ley y no veo ninguna razón para cerrar dicha cuota de residencias sin trabajo", concluye.

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