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Clinton promete combatir el crimen con más policía en la calle y más presos en la cárcel

El presidente norteamericano, Bill Clinton, reconoció ayer que Estados Unidos no es lugar seguro y anunció un "duro" plan para luchar contra la violencia y el cri men en su país. Rodeado de filas de policías en formación, Clinton propuso la ampliación del número de delitos federales que comportan la pena de muerte y la restricción de la venta de armas. Entre las drásticas medidas de su plan anticrimen, el presidente propuso la ampliación de las fuerzas policiales con 55.000 nuevos agentes, ampliables hasta 100.000, una promesa que efectuó antes de ser elegido.

El paquete completo que Clinton presentó ayer, desde el jardín de las Rosas de la Casa Blanca, tendrá un coste total de 5.000 millones de dólares a lo largo de cinco años. El mayor coste, 3.400 millones de dólares, irá destinado a la contratación de nuevos policías ya que, mientras hace 30 años había un porcentaje de 3 agentes por cada delito, en la actualidad hay tres delitos por cada oficial. "El plan es duro pero es justo, pondrá a la policía en la calle y a los criminales en la cárcel", concluyó el presidente."La primera obligación de cualquier Gobierno es intentar que sus ciudadanos se sientan protegidos y, lamentablemente, en la actualidad muchos norteamericanos no se sienten seguros", explicó Clinton.

Clinton pidió encarecidamente que el Congreso apruebe la llamada ley Brady que impone un periodo de espera de cinco días entre la compra y la entrega de un arma de fuego para comprobar los antecedentes del comprador. Esta restricción, que parece pequeña, tiene en realidad una gran importancia si se tienen en cuenta las numerosas dificultades a las que se enfrentan, desde hace años, sus defensores en el Congreso. Esta proposición de ley cuenta con la oposición del poderoso lobby, National Riffle Asociation, que maneja sus extensas influencias en Washington para impedir la aprobación de cualquier legislación que limite el acceso a las armas que está reconocido por la constitución norteamericana.

La fiscal general (ministra de Justicia) estadounidense, Janet Reno dijo que es "esencial" aprobar la legislación Brady. "Si queremos luchar con seriedad contra el crimen, debemos ser extremadamente serios en nuestro esfuerzo para mantener las armas alejadas de las manos de los criminales", añadió.

"Las armas de asalto, que fueron creadas para los combates militares, han convertido nuestras calles en campos de batalla. No deben estar en poder de civiles y debemos pelear por aprobar una legislación contra este tipo de armas", dijo Janet Reno. Por su parte, el presidente norteamericano anunció también que firmaría una orden para prohibir la venta de armas de asalto que se importan a Estados Unidos. "Acabo de ordenar al departamento del Tesoro que suspenda la importación de pistolas de asalto", explicó Clinton antes de anunciar la revisión de todas las armerías con el fin de retirar del mercado a todos los vendedores ilegales.

Clinton anunció también nuevas propuestas legislativas como la de aumentar las penas por los crímenes cometidos con armas de fuego, disminuir los procedimientos para apelar contra la pena capital y evitar los retrasos que se producen a la hora de imponer el castigo máximo. La Casa Blanca propuso que se aumenten los tratamientos antidroga para los jóvenes así como el reforzamiento de los centros penitenciarios para delincuentes juveniles. Clinton sugirió, además, extender la aplicación de la pena de muerte a 50 diferentes modalidades de delito, entre ellas, el fuego indiscriminado contra conductores.

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El presidente recordó que, en los últimos cuatro años, 90.000 personas fueron asesinadas en Estados Unidos. El anuncio de Clinton llega un día después de que un perturbado de 26 años entrara en una hamburguesería de la localidad de Kenosha, en el Estado de Wiscosin, donde disparó indiscriminadamente contra los clientes "para vengarse de su suerte". Dos clientes murieron y varios otros resultaron heridos.

"Cuando nuestros hijos deben pasar un detector de metales para entrar en clase, o vivir preocupados porque un tiroteo puede acabar con sus vidas mientras están jugando o en la piscina; cuando los padres permanecen encerrados en sus apartamentos protegidos con candados; cuando no podemos pasear por la calle sin miedo, significa que hemos perdido uno de los elementos esenciales de la civilización", aseguró Clinton.

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