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Un esqueleto con un tiro en la frente

La policía de Tejas identifica por la dentadura los restos calcinados del 'mesias' David Koresh

Antonio Caño

Un esqueleto abrasado, partido en varios pedazos y con un orificio de bala en la frente es todo lo que se ha encontrado de David Koresh, el hombre que, creyéndose Jesucristo, arrastró a la muerte a más de 70 de sus seguidores y protagonizó cerca de Waco (Tejas) una de las mayores tragedias presenciadas nunca en Estados Unidos.Los restos de Koresh fueron hallados en una habitación próxima a la cocina de la granja en la que los seguidores de la llamada Rama Davidiana soportaron durante 51 días el cerco de la policía. Desde esa habitación, que Koresh llamaba el cuartel general de sus instalaciones, este personaje había conducido las larguísimas negociaciones que acabaron el pasado 19 de abril con el intento de asalto de la granja por parte de la policía y el posterior incendio en el que perecieron los hombres, mujeres y niños que allí vivían.

El cadáver encontrado entre las cenizas pudo ser identificado como el de David Koresh por el análisis de la dentadura y por la comparación con rayos X de lo que quedó del esqueleto. Los investigadores no han podido todavía determinar si Koresh murió como consecuencia del balazo que se le encontró en la cabeza o por el fuego que consumió rápidamente la granja. Tampoco se ha podido establecer si alguien disparó contra Koresh o él mismo trató de quitarse la vida.

El cadáver de Koresh fue uno de los primeros en ser encontrados cuando la policía entró en las instalaciones de la Rama Davidiana y es también uno de los siete en los que se han hallado restos de disparos. En ninguno de los casos la policía ha podido todavía asegurar si esas personas fueron disparadas al tratar de escapar de la granja, se quitaron ellos mismos la vida o murieron en el primer intento de asalto por parte de la policía, el pasado 28 de febrero. En aquella ocasión se estableció un largo tiroteo entre seguidores de Koresh y agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego en el que murieron cuatro policías y un número indeterminado de miembros del extraño culto.

El hallazgo del cuerpo de Koresh pone fin a insistentes rumores que circulaban en Waco sobre la posibilidad de que el pretendido jefe religioso hubiera conseguido escapar al fuego por un laberinto de túneles supuestamente cavados desde hacía meses por los integrantes de la secta. Sin embargo, el mayor interrogante -¿por qué se decidió el asalto ese día tras haber esperado durante tanto tiempo?- no ha podido todavía ser convincentemente despejado pese a la comparecencia de los principales responsables ante el Congreso. Otra investigación independiente sobre los hechos, ordenada por el propio presidente Bill Clinton, está todavía en marcha.

En todo caso, éste es el fin de un hombre de 33 años nacido en Houston como Vernon Wayne Howell, expulsado del colegio antes de acceder a la enseñanza media y dedicado toda su vida a una labor que lo enloqueció, la interpretación del Libro de las Revelaciones. Koresh decidió hace poco más de cinco años que necesitaba proteger sus ideas y a su gente por las armas, y gastó cientos de miles de dólares en reunir un arsenal junto al que, al final, ardieron él y sus profecías.

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