Jáuregui afirma que Ardanza ha quebrado la confianza entre el PNV y el PSE-EE

El secretario general de los socialistas vascos, PSE-EE, Ramón Jáuregui, culpó ayer al lehendakari José Antonio Ardanza de quebrar la confianza entre los socios del Gobierno de coalición, al hacer gala de una "intransigencia", "arbitrariedad e imposición" que han impedido cerrar la crisis con acuerdo. Sin embargo, a pesar del cese de seis altos cargos del PSE-EE, de la dimisión forzada por Ardanza del consejero de EE, Jon Larrinaga, y de las negativas de la Presidencia a negociar una salida diferente a la remodelación del Gobierno efectuada por el PNV, Jáuregui declaró que "da por zanjada la crisis".El consejero dimitido hace un mes, Jon Larrinaga, explicó la postura adoptada por el nuevo partido PSE-EE en función de una nueva "cultura del acuerdo" que quiere instaurar en la sociedad, y advirtió que la crisis "tiene que ser la última de una vieja forma de hacer política", en referencia al PNV. Un discurso que apostó por la estabilidad, al igual que el del secretario general del PSE-EE, Ramón Jáuregui, para el que "sería una grave irresponsabilidad perpetuar la crisis porque afectaría a la estabilidad institucional".

Todo ello después de un mes en el que han realizado labores de oposición en el Parlmento en algunos temas como la presentación de propuestas para el debate de la televisión y radio vascas, y con pronunciamientos públicos muy duros contra el propio Ardanza y el PNV.

El lehendakari ha conseguido en poco más de un mes ampliar aún más las diferencias de consejerías entre los dos socios, pasando de 10 el PNV y 6 el PSE-EE a 10 el PNV y 5 el PSE-EE. Además ha cortado de raíz las pretensiones del nuevo partido de solicitar una remodelación del Gabinete, tras la convergencia del PSE y de EE. La fusión del socialismo, a efectos prácticos, no sólo no ha supuesto incrementos de poder, sino que ha restado votos en el Consejo de Gobierno.

El secretario general de los socialistas, Ramón Jáuregui, explicó ayer que "es difícil traducir a consecuencias políticas" la quiebra de confianza con el lehendakari, aunque advirtió que "tomaba nota" de lo sucedido.