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Varios expertos creen que el déficit público del año 1992 es superior al 4,4% que dice el Gobierno

"Un déficit público bajo sospecha". Esta frase del profesor Enrique Fuentes Quintana resume la opinión de varios expertos consultados por este periódico, que sitúan en el 5,4% del PIB el déficit público de 1992, un punto por encima de la estimación del Gobierno. La confusión informativa sobre el déficit evidencia "la urgente necesidad de reformar el sistema contable" para evitar "operaciones de maquillaje en las cuentas públicas", según Fuentes Quintana. De resultar cierto este dato, España se habría alejado, por tercer año consecutivo, del objetivo de convergencia de déficit pactado en Maastricht para 1996, un 3% del PIB. El Ministerio de Economía no quiso hacer ayer ninguna valoración al respecto.En un informe dado a conocer ayer por la fundación FIES (Fondo para la Investigación Económica y Social), de la Confederación Española de Cajas de Ahorros, el profesor José Barea enumera una serie de elementos que plantean, en su opinión, "dudas sobre la imagen fiel de las cuentas públicas". La primera de ellas es el comportamiento de las obligaciones comprometidas (los pagos que tendrá que afrontar el Estado) en diciembre de 1992.

Según Barea, las obligaciones reconocidas hasta noviembre de 1992 eran un 12,6% superiores al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, un mes después, en diciembre, la misma magnitud fue un 7,5% inferior a diciembre de 1991. Con esto se ha logrado que las obligaciones reconocidas en todo 1992 crecieran un 10,5%, "cumpliéndose así el objetivo del Plan de Convergencia".

Además de estos comportamientos, calificados de "anómalos", el informe de la FIES considera defectuoso el tratamiento contable del Instituto Nacional de Empleo (Inem), del Instituto Nacional de la Salud (Insalud) y del beneficio extraordinario anticipado por el Instituto Nacional de Hidrocarburos derivado de la privatización parcial de Repsol. Un tratamiento correcto de estas tres partidas elevaría la necesidad de financiación en 1992 en un punto, hasta el 5,4% del PIB.

Inem e Insalud

El Insalud y el Inem son los principales responsables de este aumento. La contabilización de la totalidad de la deuda del Insalud (560.000 millones de pesetas), y no sólo de una parte (280.000 millones) como realiza Economía, incrementaría un 0,47% del PIB la necesidad de financiación de la Administración central y de la Seguridad Social. Un tratamiento contable correcto del déficit del Inem, según la FIES, añadiría otro 0,45% del PIB al déficit. Además de esta corrección al alza en la necesidad de financiación, hay que contar con la previsible desviación de los déficit de las administraciones territoriales (comunidades autónomas y ayuntamientos)."El 4,41/6 estimado por el Gobierno cuenta con que las comunidades autónomas cumplan a rajatabla el objetivo fijado por el Gobierno (1,35%), lo que es muy improbable", señala Belén Mateos, del departamento de coyuntura de Analistas Financieros. El desvío en esta magnitud, con el que también cuenta el Servicio de Estudios del Banco Central Hispano, le lleva a una previsión incluso superior del déficit público: 5,7%. Antonio Migueláñez, del servicio de estudios del Banco Bilbao Vizcaya, coincide en situar la necesidad de financiación por encima del 5% del Producto Interior Bruto.

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