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"Ni Bilardo ni Menotti, yo soy Pastorizista"

El nuevo entrenador del Atlético de Madrid es un hombre que ganó todos los títulos, pero no lo parece y no habla de ellos. También ha sufrido todas las derrotas, pero nadie le ha oído quejarse. A sus 51 años, José Omar Pastoriza, podría ser presentado ante los aficionados al fútbol que nunca han sabido nada de él, como alguien que se situaría naturalmente entre Alfredo Di Stéfano y Luis Aragonés para la fotografía de un grupo de amigos.Siempre fue así, un gran amigo de sus amigos y un padre protector incondicional de su grupo de jugadores. El único riesgo que corren con él es el de entrar a la prensa las cosas que se dicen en la intimidad. El que le vaya de frente será recibido de frente. De otro modo, es un enemigo mortal.

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Cuando era el caudillo indiscutido del Independiente, como jugador, le traspasaron al Mónaco. Aquella fue la noticia más inesperada del año. ¿Pastoriza traspasado? ¿Y a Francia? Nadie daba un peso por su suerte. ¿Cómo podría sobrevivir fuera de Buenos Aires, su ciudad de residencia, y de Rosario, su ciudad de nacimiento y crianza, un hombre que no podía dejar de encontrarse y tomar un café con sus amigos cada día? Pues bien, allá fue. Un año más tarde era el líder de Mónaco sin saber hablar una palabra de francés. El príncipe Rainiero y su,hijo eran admiradores suyos. El le enseñó a Rainiero palabras del "lunfando", el argot porteño que se habla en Buenos Aires.

Y allí está ahora, sentado a la mesa en La Gata Alegría, una pizzería tradicional de Buenos Aires que comparte en sociedad con otros ex jugadores y compañeros suyos. Allí está, guiñando el ojo a los periodistas argentinos mientras hace enormes esfuerzos para atender a los corresponsales españoles. Con un poco más de confianza seguramente le diría a los españoles lo que d ice siempre a los argentinos: "Poné lo que quieras, ¿qué querés que te diga? Yo no sirvo para hacer versos". Y nada dice de importancia fuera del campo. No es un teórico. Las entrevistas con él son siempre difíciles.

Cuando le preguntan por el estilo que prefiere entre Bilardo o Menotti, responde con una sonrisa: "Vea, yo soy pastorizista ¿Me entiende?. Me gustan los equipos equilibrados entre la marca y el juego". Y, enseguida, remata con una frase de las suyas: "Pero todo lo que sea elegante es más lindo, ¿no? Mire usted a esa periodista (señala a la corresponsal de TVE), fíjese si no es más linda que este (toma del brazo a un desarrapado periodista argentino). ¿Me comprende?" Después pone cara de resignación y trata de ser amable para explicar que ha visto al Atlético sólo en dos partidos por televisión.

Los equipos que entrena Pastoriza siempre hacen un marcaje en zona y dejan un último jugador libre. Le gusta poner dos centrocampistas defensivos y uno de enlace con tres puntas. Los marcadores laterales aprovechan las bandas para pasar a la ofensiva y todo el equipo juega siempre en corto y seguro cada balón.

Para que se le entienda mejor cuando habla, tengan en cuenta estos consejos: si les sale decir "tela", quiere decir "pasta, dinero". Si, en cambio, dice "telo", hará referencia a un "hotel". Si habla de una "mina", será de una "mujer". Por último, cuando diga, por ejemplo, "ese gil", tal vez su mensaje tenga doble intención. El presidente del Atlético es Jesús Gil, pero aquí los viejos porteños todavía le dicen "gil" al "otario", es decir al "gilipollas".

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