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8.000 personas participan en la última marcha a la cárcel de Herrera en apoyo a los presos de ETA

Vivas a ETA e insultos contra la Guardia Civil fueron coreados durante horas por parte de las 8.000 personas que ayer se concentraron cerca de la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) para expresar su apoyo a los etarras recluidos en las diferentes cárceles del Estado. Esta octava marcha es la última que convocarán en este lugar las Gestoras Pro-Amnistía, dada la política de dispersión de estos reclusos que mantiene el Gobierno. No hubo incidentes. La Guardia Civil impidió que los organizadores colocaran en la zona un monolito de ocho toneladas en señal de solidaridad con los presos de ETA.

Ciento cincuenta y cinco autocares, 48 automóviles y dos ambulancias, procedentes del País Vasco, llegaron a Manzanares (Ciudad Real) poco después de las cinco de la madrugada de ayer. Pero sus ocupantes no pudieron llegar a los muros de la prisión, debido a que se lo impidió un fuerte dispositivo compuesto por 1.000 guardias, equipados con tanquetas, caballos y material antidisturbios. El control policial cortó el paso a los manifestantes a cinco kilómetros del recinto penitenciario.En el acto participaron 11.000 personas, según fuentes de los organizadores, mientras que el gobernador civil de Ciudad Real, Tomás Morcillo, rebajó esta cifra hasta 8.000. Éste reconoció que la Guardia Civil había impedido llegar hasta el lugar de reunión un gran monolito de 8.000 kilos de peso, que los congregados pretendían colocar en la llanura manchega como solidaridad con los presos etarras.

Sin controles en el camino

El viaje desde Euskadi a Herrera de la Mancha fue realizado ayer en mucho menos tiempo que en los siete años anteriores, según Mlkel Korta, miembro de las Gestoras Pro-Amnistía. Los autocares no tuvieron que pasar durante el trayecto ningún control de la Guardia Civil. "Otros años nos llegaron a parar hasta 15 veces para fotocopiar nuestros carnés", según Korta.

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En un ambiente frío y desapacible, la inmensa mayoría de los manifestantes se limitaron a escuchar canciones vascas y a oír a los oradores, entre ellos Eduardo Balgañón, que recientemente quedó en libertad, tras cumplir una condena de 11 años.

Un grupo de varios cientos de manifestantes permanecieron durante horas junto a una gran pancarta con el lema "Presos a la calle. Amnistía general", plantada a unos 20 metros del impresionante cordón policial. No pararon de corear vivas a ETA, insultos a la Guardia Civil y otros lemas como "estas Navidades, turrón de la viuda", "ETA, más metralletas", "esta noche, mira bajo el coche" y "ETA, mátalos". Los guardias escucharon impasibles la lluvia de insultos, sin practicar detenciones, mientras a intervalos sonaba el estallido de los cohetes.

El gobernador civil informó que en la prisión de Herrera hay actualmente "alrededor de 30" presos de ETA y se congratuló de que este año sea el último que se celebra la marcha. Josu Varela, dirigente de Gestoras Pro-Amnistía, declaró que "hay que buscar otras iniciativas" a este acto, que se instauró en 1984.

[300 personas se concentraron ayer ante la prisión de La Santé de París en solidaridad con los 66 etarras recluidos en Francia.]

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