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Entrevista:Jordi Planasdemunt

"A toro pasado, uno descubre las imprudencias"

Implicado en el 'caso de los pagarés'

La entrevista se celebró en su domicilio: de clase media, en la avenida de Sarriá de Barcelona, y amueblado con modestia. Planasdemunt tiene a gala haber trabajado desde joven y haber hecho sus estudios por las noches -primero el peritaje mercantil, luego el profesorado y finalmente la licenciatura- y no haberse enriquecido nunca. Su obsesión: garantizarse un sueldo digno "para sacar adelante. casa y familia": esposa y seis hijos.- Pregunta. En su declaración ante el juez dice usted que no sabía nada de pagarés. ¿Ni siquiera cuando usted estaba formalmente en la empresa, antes de 1990, no se hacían pagarés?

-Respuesta. No. Deje que me explique. Yo, lo que hice es poner en contacto a dos personas con intereses que se complementaban. Corría 1984 y Joan Basols, que había sido alumno mío, acababa de descolgarse del grupo Banca Catalana y quería desarrollar un servicio financiero y Salvador Forcadell tenía un edificio medio ocupado, que no quería alquilar a cualquiera, porque quería montar cosas que estuvieran relacionadas con los servicios que prestaba a su clientela de Fincas Forcadell. Ambos me conocían a mí. Quisieron que yo fuera socio, pero no me incorporé de momento porque una sociedad creada con cinco millones de capital no me daba garantías de poder tirar adelante una familia de seis hijos que dependían de mí y seguí en la Bolsa, donde tenía unos ingresos claros. En 1988 llegué a la conclusión que debía abandonar la Bolsa, donde estaba mal aprovechado, y acepté la propuesta de Basols y Forcadell.

-P. Es decir, que BFP es cosa de los tres.

-R. De los tres. La idea que teníamos era que BFP prestara, por un lado, servicios a las empresas y, por otro, servicios al ahorro. Es decir, asesoramiento para inversión en Bolsa, que era mi función principal, y asesoramiento a la empresa sobre financiación, estudios de viabilidad y proyectos. Yo entré en la junta de BFP en el año 1988 porque con la ley de Mercado de Valores la sociedad debía transformarse en una agencia de valores, dando entrada a nuevos accionistas y yo asumí hacer esa transformación. Cuando, en torno a las Navidades de 1989, Maciá Alavedra [consejero de Economía de la Generalitat] me propuso la dirección del ICF contesté rápidamente que sí. Alavedra me recordó que debía tener una dedicación exclusiva. Yo le pregunté cómo debía entenderse esto y le dije que en cualquier caso no iba a abandonar el proyecto que habíamos creado [la agencia de valores Med Market] porque yo no sabía cuánto tiempo iba a estar en el cargo público y no quería encontrarme sin nada cuando le, dejara.

-P. ¿No era un poco imprudente, sobre todo si después ha pasado lo que ha pasado?

-R. A toro pasado uno descubre que ha sido imprudente. Cuando dejé BFP, aunque conservando las acciones, estaba convencido de que la empresa se liquidaría. Se había creado BP Professionals Asociats, aunque yo de eso me enteré luego, que tomó toda aquella parte del trabajo de BFP dedicado al servicio a la empresa. del que ya he hablado, y yo trabajaba con el objetivo de transformar la empresa en una agencia de valores, lo que luego sería Med Market. Para mí BFP no estaba sucia. Sé que ha habido un periodo en que se trabajaba con dinero negro. Todo el mundo ha trabajado con dinero negro. La responsabilidad del dinero negro era del tenedor, hasta que una ley trasladó la responsabllidad al mediador. BFP debía acabar de vaciarse sobre la agencia de valores había que comunicárselo a todos los titulares de cuentas, porque debían aportar su DNI y regularizarse. Antes de la junta de mayo de 1991, el director de la agencia de valores me pidió que hiciera de árbitro en sus problemas con Basols. Me dijo que la agencia no asumía la dimensión necesaria porque Basols retardaba la transferencia de las cuentas de BFP a la nueva empresa. Basols se defendió diciendo que la gente no quería dar su DNI. Yo le recordé que a esa fecha BFP ya debía estar liquidada y que yo debía haber causado baja en la misma. Me dijo que no se había registrado mi renuncia porque aún había un acta anterior pendiente de elevar a pública. Era demencial.A pelota pasada-P. ¿Cómo se explica que no exigiera usted que se inscribiera su renuncia? Se arriesgaba a que su utilizara su nombre.

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-R. Uno descubre que ese riesgo era grave a pelota pasada. Antes no. Yo confiaba en Basols, aunque le envié entonces una carta con acuse de recibo reiterando mi dimisión de BFP, y añadí que quería vender mis acciones. Eso era en mayo de 1991. Y ya no me ocupé más. Hay declaraciones de testigos que hablan de una presencia mía regular en BFP. Esto se produce a partir de la entrevista que tuve con el director de la agencia de valores. Basols se quejaba de que necesitaba más ayuda, sobre todo para seguir las cotizaciones de bolsa. Quería una persona frente al terminal todo el día. Le dije que eso no era necesario y me ofrecí a gestionar personalmente una cartera. Le dije que, en base a las variaciones diarias de la Bolsa, le haría un modelo para poder operar, sin tener una persona esclavizada a la pantalla. No debía dedicar más de media hora cada día. Acudía a la agencia de valores a última hora de la tarde, me ponía frente a la terminal, tomaba nota de las cotizaciones y al día siguiente, a primera hora, telefoneaba a una empleada de Med Market con la que contrastaba algunos datos y le dictaba las órdenes de compra o venta que debía cursar al corredor de bolsa. Todo en menos de cinco minutos.

-P. ¿Y eso era compatible con su cargo en el ICF?

-R. Sigo pensando que no había incompatibilidad con el trabajo público. No estaba en la junta de la empresa. Daba un asesoramiento y basta. Hay que afinar mucho para hablar de incompatibilidad. Se puede encontrar lo que se quiera. Y la realidad es que yo estoy como estoy, y que me costará mucho recuperarme, y no sé si saldré de esta.

-P. También resulta sorprende que haya compaginado usted su cargo público con el consejo de Premsa Catalana [editora del diario Avui, cercano a Convergéncia].

-R. Sí, volvemos a estar en un caso así. Soy culpable.

-P. El ICF concedió dos préstamos a Premsa Catalana bajo su mandato.

-R. Sí. Pero yo no concedía los préstamos, era la junta directiva del ICF. Me parece recordar que informé a la junta de que yo estaba de vocal de la empresa. Y me abstuve, me parece recordar, aunque no puedo jurarlo. Y creo recordar también que en la junta me dijeron que era una cosa [los préstamos] que había que hacer."No hay pagarés falsos

P. Volviendo a los pagarés falsos...

R. Cuando supe las cosas que había hecho Basols, que había sido enormemente imprudente y no se había comportado con la profesionalidad que yo he enseñado a la gente, fui a pedirle explicaciones. Pero no veo que haya pagarés falsos. Un pagaré no es falso porque no lo respalde una factura real. Puede haber un engaño, pero un pagaré, si la firma es correcta, es bueno. Es un instrumento como una letra de cambio, autónomo e independiente de la causa. Si quien firma el pagaré tiene capacidad para hacerlo, no es falso. Si Basols me hubiera consultado no lo hubiera hecho nunca, porque eso de los pagarés era algo que no podía funcionar.

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