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Sabonís y Brown comen al Olympiakos

El baloncesto es un juego de equipo, pero siempre hay excepciones que confirman la regla. El Olimpiakos -perdón, Paspalj-, es una de ellas y no responde al concepto básico inicial, y en el pecado llevan la penitencia. La suya es respirar, andar, correr y anotar al ritmo que marca su gran estrella. Hay otra teórica, llamada Walter Berry, pero entre una gripe y su natural apatía, el díscolo jugador norteamericano estuvo únicamente en cuerpo. presente. Su mente y, sobre todo, su muñeca no dejaron ni siquiera una miserable jugada sobre la que poder comentar.En estas condiciones, el Olympiakos -perdón, Paspalj-, se antoja poca cosa para un Real Madrid con la cabeza cada día más despejada. Fue suficiente cumplir al pie de la letra la primera de las maximas Clyfordianas -prioridad absoluta del juego interior so bre el resto de las opciones ofensivas-, para pasar la tarde apaciblemente.

Ante la mejor pareja de pivots del continente -Sabonis y Brown- se oponía un equipo sin hombres altos de solvencia. No es de extrañar que ambos se pusieran las botas -47 puntos de 92, 51 % de la anotación del Real Madrid-, dejando las migajas para Biriukov, felizmente reencontrado con su tiro de tres puntos. El partido fue la historia de una jugada. Empezaba en Antúnez, seguía por Biriukov y terminaba en las manos de Sabonis o Brown, que no tenían mayores problemas para sacar la rentabilidad deseada. Así una y otra vez. A pesar de su reiteración, el Olympiakos -perdón, Paspalj-, nada podía hacer porque nada tiene para evitarlo.

Jugando 9 contra 1 y medio -el medio fue Tomic, un base tirador de la escuela serbia-, sólo le hubiese salvado al equipo griego una actuación extraterrestre de Paspalj como aquella de Petrovic en una final europea. El montenegrino metió casi tantos puntos como cigarrillos se fuma diariamente, pero se quedó lejos de los tres paquetes (60 puntos) que hubiese necesitado.

Zadar-Estudiantes

El Estudiantes podrá contar de nuevo con su base titular, Nacho Azofra, en su visita a Zadar (Croacia), donde hoy (18.00, La 2) disputará la tercera jornada de la Liga europea de baloncesto. El equipo madrileño espera que el retorno de Azofra, ausente desde hace un mes por una fractura de un hueso del pie derecho, le ayude a lograr un nivel mínimamente competitivo.

El partido se dirime entre equipos con idénticas necesidades de puntuar. Ambos han perdido los dos encuentros que han jugado. El Zadar fue derrotado por el Benetton de Treviso (73-75) y el Malinas (93-75). El Estudiantes, por el Olimpiakos (73-66) y el Pau (82-84): El que pierda hoy tendrá muy difícil clasificarse entre los cuatro primeros del grupo B y pasar, pues, a. los cuartos de final.

En el grupo A, el Joventut visita la pista del Scavolini de Pesaro (20.30, La 2) en una cita que tendrá para la afición italiana cierto aire de revancha. Será el primer choque desde que los badaloneses ganaron la Copa Korac 89 a su costa.

Los otros choques son: Maccabi-Cibona y Limoges-Knorr. Ayer, en Copa Korac: Barcelona, 88; Ostende (Bélgica), 68, y Antibes (Francia, 97; Taugrés, 89.

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