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Reportaje:

El nuevo 'Ministerio de Exteriores' de Pujol

Ocho comunidades autónomas han creado cargos para sus relaciones internacionales

El nombramiento, efectuado la semana pasada, de Joan Vallvé como comisario para las Relaciones Exteriores por la Generalitat de Cataluña ha reabierto el debate sobre el protagonismo que deben tener las comunidades autónomas en el extranjero y los límites de sus actuaciones. ¿Pueden las autonomías tener sus propios ministros de Exteriores o, por el contrario, tiene el Gobierno la exclusividad de estas relaciones? Ocho comunidades españolas tienen un departamento de relaciones exteriores, al que le dan distinto rango y nombre para salvar eventuales tropiezos legales. Por ahora no los ha habido, pero ello no impide, particularmente en el caso de Cataluña, que estas iniciativas levanten suspicacias políticas.

La Constitución señala que es el Gobierno el que dirige la política interior y exterior (artículo 97), y que los tratados internacionales los sucribe el Gobierno y, según los casos, necesitan además el trámite de las Cortes generales (artículo 93). "Estamos dentro de la Constitución; está claro que no queremos dirigir la política exterior, pero sí poder estar presentes con nuestra propia identidad en el extranjero", manifestó un miembro del Gobierno catalán que, al argumentar sensatamente sobre la licitud y necesidad de intervenir en un área donde las competencias exclusivas se atribuyen al Gobierno central, olvida 'la escrupulosa defensa que hace la Generalitat de sus competencias exclusivas en Cultura, no admitiendo, a la recíproca, la existencia de un ministerio que, al margen de las fronteras competenciales, también tiene necesidad de tutelar la cultura española.

Asuntos comunitarios

Con una dimensión pública y politicá inferior a la del catalán Joan Vallvé y no investidos nunca del, rango de consejero pero con objetivos en el fondo bastante similares, otras siete comunidades autónomas (País Vasco, Galicia, Andalucía, Murcia, Aragón, Castilla y León, y Baleares) han introducido en sus organigramas de Gobierno responsables de las relaciones exteriores. En muchos casos tienen rango de director general y su función se circunscribe, al menos formalmente, a los asuntos comunitarios. El caso más parecido al catalán sería el del País Vasco, donde existe una Secretaría General de Acción Exterior dependiente directamente de Presidencia cuyo titular tiene el rango de viceconsejero, y cuenta con un director específico para Asuntos Europeos.Jordi Pujol, al designar a Joan Vallvé comisario para las Relaciones Exteriores con rango de consejero, aseguró que su nombramiento obedece al deseo de disponer de una persona que vele por la proyección internacional de Cataluña, coordine los viajes del presidente de la Generalitat al extranjero y se encargue de la actividad del presidente de la Generalitat en la Asamblea de las Regiones de Europa (ARE), organismo integrado por 170 regiones europeas que actúa como grupo de presión ante la CE y que preside Pujol desde el pasado mes de julio. Pujol ha hecho de la proyección internacional de Cataluña uno de los ejes de su política, hasta tal punto que se ha convertido en uno de los que le han reportado más beneficios y le ha permitido potenciar su figura en Europa. Por otra parte" Cataluña sigue una pertinaz política de apertura de oficinas comerciales en distintos países.

La reacción del Gobierno a través de su presidente, Felipe González, y del ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, ha sido, según la Generalitat., "prudente y receptiva". El ministro ha afirmado que el nuevo cargo del Gobierno catalán se ajusta a la Constitución, y el presidente del Gobierno ha guardado. una reserva que no puede ser interpretada como discrepancia. Tampoco el PSC puso reparos a la creación del comisariado, aunque sí a que su acción política pueda escapar al control del Parlamento catalán.

Vulnerar la Constitución

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No ha sido así la respuesta del aparato del PSOE, que a través de su secretario de organización, Txiki Benegas, interpretó que Pujol vulneraba la Constitución. En una posición similar se situó el PP por medio de su responsable de política exterior, Javier Rupérez, coincidiendo con Aleix Vidal-Quadras, el líder catalán del PP. Los populares atribuyen "ese disparate [la creación del comisariado]" a la megalomanía de Pujol "y lo que hagan los demás no es excusa", en alusión a que el Gobierno aragonés, en el que participa el PP, tiene un responsable para Asuntos con la CE.La actitud de Solana refleja, según la Generalitat, la escasa diferencia entre ambas administraciones en esta cuestión Y la voluntad del nuevo ministro "de mantener el espíritu de colaboración que existía con Francisco Fernández Ordoñez". La etapa de Fernández Ordoñez (19851992) al frente de Exteriores, al que Pujol admiraba, estuvo presidida por el deseo mutuo de que las discrepancias entre socialistas y nacionalistas no repercutieran en las salidas al extranjero del presidente catalán. "El Gobierno continúa dándonos todo el apoyo necesario en la preparación de los próximos viajes del presidente", señaló un cercano colaborador del propio Pujol.

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