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Clinton inicia una gira para contrarrestar los efectos de la convención republicana

Antonio Caño

Drásticamente reducida su ventaja en las encuestas sobre George Bush, el candidato demócrata, Bill Clinton, inició ayer una nueva gira en autobús para difundir el mensaje de que las promesas electorales del presidente carecen de credibilidad. La campaña estadounidense ha entrado ya en la fase en la que los dos candidatos han puesto en juego todas sus armas para lo que se espera que sea una de las elecciones más reñidas de los últimos años.

Clinton ha acusado al presidente de distorsionar la realidad con meros intereses electoralistas -"Quiere derrotarme, no ayudarles a ustedes"- y sostiene que los resultados económicos de los primeros cuatro años de Bush hablan por sí solos. "El jueves por la noche oímos a un candidato desesperado que proponía otra reducción de los impuestos sobre los beneficios de los ricos y una mina de oro de masivas re ducciones de impuestos en un país que ronda los 400.000 millones de dólares de déficit", dijo el candidato demócrata en Detroit. Al empezar ayer su recorrido por varios Estados del país para contrarrestar los efectos de la convención republicana, celebrada esta semana en Houston, Bill Clinton insistió en desautorizar al presidente: "Si se creen las promesas de Bush, pueden creer que yo les quiero vender mis tierras en medio del océano".El candidato demócrata afirma, en relación con el mensaje de Bush en el Astrodome: "Todo lo hemos oído antes, todo lo hemos visto antes, todo lo hemos intentado antes. Es el mismo mensaje de 'lean mis labios, no más impuestos', con la diferencia de que ahora podemos leer sus obras".

Sin nuevas ideas

Esa opinión coincide con la opinión de la mayoría de la prensa norteamericana, que no ha encontrado ninguna idea nueva en el discurso del cierre de la convención. Sin embargo, la rentabilidad electoral de esa alocución ha sido muy alta. Una nueva encuesta, hecha por el periódico The New York Times y la cadena de televisión CBS entre 500 personas en la misma noche del discurso de Houston muestran que Clinton aventaja a Bush por tan sólo tres puntos, 45% frente al 42%. La última encuesta de estos dos mismos medios antes de la convención republicana daba una diferencia de 52% contra 35% a favor de Clinton.[Otra encuesta, elaborada por la revista Time y la cadena CNN, otorga a Clinton una ventaja de once puntos sobre Bush (un 47% frente a un 36%), informa France Presse. La diferencia se reduce en California, donde un sondeo de Los Angeles Times refleja un 48% de la intención de voto para Clinton y un 41% para Bush].

La encuesta de The New York Times, que se supone muy influida por el impacto de un discurso que fue seguido en directo por 34 millones de espectadores, revela también que Clinton mantiene una gran diferencia sobre Bush en lo que respecta al voto femenino, obviamente provocado por las posiciones republicanas sobre el aborto y los valores familiares.

En todo caso, se ha apreciado un cambio en el comportamiento de Bush como candidato electoral, tal vez ya orientado por James Baker, que hoy toma posesión de su nuevo cargo de jefe de Gabinete de la Casa Blanca. Bush se ha hecho mucho más agresivo, mucho más apasionado y directo. De repente, el presidente parece haber dejado de ser aquel hombre frío y distante, para descubrir una vena populista al estilo de Pat Buchanan.

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[El dólar sufrió el viernes una caída histórica con respecto al marco alemán a pesar de la intervención de: la Reserva Federal. Éste fracaso ante la crisis del dólar deja al presidente Bush en una situación embarazosa en plena campaña].

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