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Bush hará campaña por los valores tradicionales

Antonio Caño

George Bush tal vez carece de ideas para convencer a los votantes estadounidenses de sus cualidades, pero le sobran nietos para ganar estas elecciones. El presidente hizo subir el miércoles al podio de la convención republicana a los 22 miembros de su clan para dejar claro que la defensa de los valores familiares será su argumento central en esta campaña. Calor de hogar, tradición, fe en Dios: estos son los valores que Bush expuso en el kstrodome el día en que fue propuesto oficialmente como candidato de su partido para un nuevo mandato presidencial.

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A la esperade lo que el presidente dijera anoche (madrugada de ayer en España), en lo que de nuevo se presentaba como el discurso de su vida, Bush desplegó en la víspera algunas de sus armas secretas, entre ellas la ingenua, maternal y entrañable Barbara Bush.Poco antes de que la primera dama tomara la palabra, la cadena de televisión ABC hacía pública una encuesta en la que el candidato demócrata, Bill Clinton, aventaja todavía a su contrincante conservador por 25 puntos. La intervención de Barbara, a quien se considera en estos momentos la republicana más popular, debía servir para reducir esa ventaja.

El discurso de la esposa del presidente fue sencillo: un mensaje de reconciliación alejado del tono agresivo que han tenido casi todas las intervenciones de esta convención. '"Para nosotros la palabra familia significa unir nuestras manos y apoyarnos los unos a los otros", dijo, antes de presentar a todos los miembros de su familia, que, al frente del propio presidente, recibieron unidos las aclamaciones del público durante varios minutos, con un fondo de música empalagosa y de colores patrióticos.

Los tradicionales valores familíares fueron defendidos con mucho más enfasis por los demás oradores de la jornada, entre ellos la esposa del vicepresidente, Marilyn Quayle, joven, abogada y enérgica como la mujer de Clinton, pero que, a diferencia de ésta, abandonó su profesión después de casarse para dedicarse a sus obligaciones de madre y esposa.

"Nosotros también pertenecemos a la generación de los sesenta, pero no todos los jóvenes de esa época tomaron drogas, se unieron a la revolución sexual o se escaparon del reclutamiento para la guerra", dijo Marilyn, en referencia a la supuesta trayectoria personal de Clinton.

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Pat Robertson, el pastor protestante ultraconservador y millonario que controla un grupo de medios de comunicación, dijo que Clinton "tiene planes radícales para destruir la familia tradicional y transferir sus funciones al Gobierno". 'La visión de George Bush para Estados Unidos", afiadió, "es la de fe en Dios, una familia fuerte, libertad, iniciativa individual y libre empresa".

William Bennet, antiguo secretario de Educación y una de las principales figuras republicanas, afirmó que "la familia es el primer, original y mejor núcleo para la salud, la educación y la solidaridad.

En la mañana de ayer, los Bush y los Quayle asistieron a un desayuno de oración en la capilla de la universidad de Houston, donde una mujer que interrumpió el rezo para criticar la política del presidente sobre el aborto fue expulsada del lugar por la policía.

Prisionero de la intolerancia

En Atlanta, donde acudió a ayudar a construir casas para personas necesitadas junto al ex presidente Jimmy Carter, Bill Clinton comentó que lo que está ocurriendo en la convención republicana prueba que George Bush es prisionero del "ala más intolerante y radical de la derecha del partido".

Clinton tendría que escuchar esta madrugada, probablemente, nuevos ataques contra él, su conducta personal y la de su esposa de parte del propio presidente, pero ese no parece por el momento el camino adecuado para debilitar al candidato demócrata, que ha bajado ligeramente en las encuestas, pero que sigue cómodamente a la cabeza. Clinton no es ya un candidato tan vulnerable, ni su imagen actual permite asimilarle fácilmente al perverso demonio izquierdista que los republicanos han intentado presentar en Houston.

George Herbert Walker Bush tendrá que hacer algo más -Y lo tendría que empezar a hacer en su ctiscurso de esta madrugadaque desprestigiar a Clinton para ganar las elecciones. Tendrá que probar, no sólo que es una persona decente, familiar y fiable, sino que tiene un plan específico para resolver los problemas del país.

La culpa es del mensajero

Entre toda la parafernalia de símbolos, recuerdos y curiosidades que se venden en torno a la convención republicana se pueden encontrar chapas con el siguiente mensaje: "La prensa liberal miente". Es una constante en Houston. Casi todos los oradores que han tomado la palabra en este congreso han acusado a los periodistas de la comprometida situación a la que ha llegado su candidato.

Barbara Bush ha comentado que el hecho de que "la mayoría de la prensa es liberal" es una de las explicaciones de la impopularidad de su marido. Un hijo del presidente dijo el miércoles que la prensa se arrepentirá de lo que le ha hecho" a su padre.

La mayoría de los periódicos y televisiones han destacado estos días los malos resultados de Bush en las encuestas, por encima de las declaraciones triunfalistas de la convención. Cuando Peter Jennings, el director del informativo de la cadena ABC, aparece en pantalla para decir que Bill Clinton está 25 puntos por delante de Bush, buena parte del trabajo de la convención queda contrarrestado ante los espectadores.

Robert Lichter, director de un importante centro independiente de seguimiento de los comportamientos de los medios de comunicación, afirma que "el mensaje de la prensa durante la convención demócrata fue que el partido estaba unido y moderado. Hasta ahora, el mensaje de esta convención es que los republicanos están divididos y son extremistas".

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