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Un acuerdo espectacular

El acuerdo alcanzado por George Bush y Borís Yeltsin el 16 de junio en Washington no tiene precedentes en el camino hacia el desarme, dado que prevé que los arsenales nucleares. estratégicos norteamericano y ruso habrán sido reducidos en dos tercios a comienzos del próximo milenio y que las armas más peligrosas habrán sido destruidas. ( ... )Al renunciar al principio de estricta paridad que inspiró los acuerdos precedentes sobre reducción de armamentos, Borís Yeltsin reconoce que Rusia ha perdido su categoría de superpotencia y hace un gesto que, aun a costa de importantes contrapartidas, hay que apuntar en su haber. Asimismo asume un riesgo: ver como se propaga en su país, atizado por los medios más conservadores, especialmente del Ejército, el sentimiento de que está, a punto de, caer el último adorno de la corona rusa, su poderío militar. ( ... )

Envuelto en una campaña electoral en la que se critica constantemente su política exterior, George Bush necesitaba, sin duda, este espectacular acuerdo. Pero nada implica que el Congreso norteamericano, conmocionado por las revelaciones de Yeltsin sobre la presencia en un gulag de prisioneros norteamericanos de la guerra de Vietnam, le apoye desbloqueando los créditos que Rusia espera.

Este hito histórico que acaba de ser anunciado en Washington no es, por ahora, más que una declaración de intenciones de dos presidentes en dificultades.

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