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Induráin: "Intentaré rematar con un triunfo"

El Giro huele más que nunca a triunfo de Miguel Induráin. Si el corredor navarro ya se convirtió en virtual vencedor de la carrera desde que pasaron las tres etapas alpinas, ayer dio el pequeño paso que faltaba antes de encarar la última jornada. Fue un trámite aún más fácil, pues se trató de un paseo de 92 kilómetros para que ganara su cuarta etapa el hombre más veloz, Mario Cipollini. Induráin no sólo tiene todas las opciones para ser el primer español que gana el Giro, sino incluso de ganar hoy la contrarreloj. "Intentaré rematarlo", dijo ayer.

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Induráin sonreía ayer mucho más abiertamente en la meta, e incluso dio doble conferencia de prensa, antes y después de la etapa. En realidad, la jornada fue un tanto inusual, pues se salió a las tres de la tarde, al tener sólo 92 kilómetros por delante. Mañana libre, por tanto."Sí, ya estoy tranquilo, era un día para relajarse", comentó el virtual ganador del Giro. De todas formas, añadió: "Bueno, al principio se rodó despacio, pero después había que estar atento, porque se formaban abanicos". El líder estuvo siempre en la cabeza del pelotón para evitar las caídas, sobre todo, el único peligro ya a estas alturas. Porque al revés de lo que había sucedido antes en el ciclismo español, con tradicionales escaladores, la contrarreloj de hoy, de 66 kilómetros, supone una garantía aún mayor de triunfo para Induráin.

"Intentarmos rematar este Giro con una victoria, aunque con mantener la maglia rosa me conformaría", dijo. "Está muy cerca la victoria, desde luego. Hay que pasar la etapa, pero yendo las cosas bien no habrá problemas".

Ayer, Cipollini volvió a imponer la potencia desde sus 1,91 metros de corpulencia. Hasta su jefe de filas, Franco Chioccioli, trabajó para él. Según suele suceder, los últimos 100 metros los recorrió la cabeza del pelotón a más de 69 kilómetros por hora. Tras la gran preparación de cuatro corredores del MG, pareció peligrar un momento el triunfo de Cipollini. cuando le rebasó por la izquierda el especialista del Gatorade, Giovanni Fidanza. Pero fue un espejismo. Cipollini se levantó de la bicicleta y multiplicó su potencia. El que sacó más ventaja fue Alessio di Basco, del Amore e Vita, que a su rueda terminó segundo. El otro sprinter, Massimilian Sciandri, no pudo aprovechar el trabajo de su equipo el Motorola. Cipollini es demasiado. Ayer, tampoco brillé, el hombre rápido del Ariostea, Adriano Baffi, noveno.

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