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GUERRA EN LOS BALCANES

"Grecia y Serbia quieren ponernos de rodillas"

La falta de reconocimiento internacional de Macedonia por el veto griego abre las puertas a una invasión de Serbia en Macedonia, y así, a una extensión de la guerra a toda la región balcánica, según declara el presidente de la república de Macedonia, Kiro Gligorov. "De día en día, según crecen los efectos de las sanciones y se agrava la situación en Serbia, es más posible que, bajo el pretexto de que entra en un territorio no reconocido, Belgrado intervenga militarmente en Macedonia. Entonces la guerra yugoslava se convertirá en guerra balcánica, porque ningún vecino se quedará quieto".Gligorov considera que la paz no es posible sin cambios en la cúpula serbia y que "prueba de la falta de realismo de Atenas" es la reciente declaración del primer ministro griego, Konstantiño Mitsotakis, a este diario, según la cual Milosévic está más fuerte que nunca y es líder indiscutido en Serbia. "No creo que sobreviva al verano. Lo que tenga que pasar aquí, pasará en los próximos dos meses", declara.

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"El reconocimiento internacional de Bosnia-Herzegovina se produjo demasiado tarde para evitar la guerra y ahora nosotros estamos en la misma posición. El retraso puede tener consecuencias trágicas", añade el presidente de Macedonia.

Responsabilidad de la CE

Gligorov advierte por ello sobre la grave responsabilidad que asume la CE ante su próximo Consejo de Ministros, que tratará otra vez el día 15 de junio sobre el reconocimiento de Macedonia. Éste no se ha producido hasta ahora por el veto de Grecia, que alude a que el nombre del nuevo Estado independiente esconde pretensiones territoriales sobre regiones del Estado griego."El problema del nombre es un pretexto", dice Gligorov. "También lo de las pretensiones territoriales y el, que queremos usurparles la historia griega, e incluso a Alejandro Magno. Nosotros somos un pueblo eslavo que llegó aquí en el siglo VI, luego no pretendemos usurparles a Alejandro Magno. Nosotros tenemos nuestra propia historia: Decir, como dice Atenas, que Macedonia es una invención de Stalin es ridículo. En los periódicos del siglo pasado proliferan tanto las noticias sobre la lucha de los macedonios contra los turcos como ahora las informaciones sobre Bosnia".

"Resulta que vivimos desde hace siglos en una región que se llama Macedonia, y a lo largo de nuestra historia nos hemos identificado como macedonios. Como eslavos, nos comenzamos a llamar macedonios para dejar claro que no somos serbios ni búlgaros. ¿Qué quieren, que borremos de nuestros libros de texto y de nuestra literatura la palabra Macedonia? Esto no es posible". Gligorov se muestra dolido por la negativa del resto de la comunidad internacional a ignorar el veto de Grecia; que, según asegura, sólo se debe a la falta de voluntad de Atenas para reconocer sus minorías de acuerdo con los principios de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa.

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"Mientras muchos Estados de esta región asumen ahora los valores europeos occidentales, como el respeto a las minorías, Grecia se aferra a las tradiciones balcánicas. Bulgaria ha reconocido ya a la minoría turca cuya existencia negó durante años. Aún no reconoce la existencia de la macedonia, pero su postura se suaviza y hay avances. Con Albania han mejorado mucho las relaciones, y la minoría macedonia allí está reconocida. Los Estados en los Balcanes son todos mixtos, y mientras no encontremos soluciones que pasan por el respeto a estas minorías, no habrá verdadera estabilidad".

"Grecia, sin embargo, no quiere reconocer a la minoría macedonia. Dice que todo aquel que vive en Grecia es griego. Pero ése no es nuestro problema, sino el suyo, de la Comunidad Europea y de los acuerdos internacionales que Grecia se comprometió a cumplir en esta materia. Nosotros no tenemos reclamaciones territoriales ni pretendemos injerencias en sus asuntos internos".

Alianza enemiga

El presidente Gligorov comparte la convicción de gran parte de sus conciudadanos de que los Gobiernos de Belgrado y Atenas han establecido una alianza para hundir conjuntamente la economía macedonia y preparar una intervención serbia en esta república, con lo que Serbia y Grecia volverían a tener una frontera común."La idea de la Gran Serbia de Milosevic, apoyada por Grecia, ha fracasado. No tuvimos conflicto con el Ejército federal yugoslavo y éste se retiró de Macedonia. Ahora apuestan por ahogarnos económicamente y provocar un conflicto social. Quieren poner a Macedonia de rodillas para que no sobrevivamos".

"Sólo así puede explicarse el bloqueo a que nos han sometido Serbia y Grecia desde el norte y el sur", dice en referencia al cierre de fronteras para el comercio macedonio impuesto por Grecia y Serbia. "Nosotros queremos buenas relaciones con todos, y así se lo he hecho saber a Mitsotakis [primer ministro griego] en varias cartas. No he tenido respuesta".

La respuesta de Mitsotakis puede ser el ataque contra Gligorov en una entrevista publicada en EL PAÍS el pasado viernes, en la que afirma que este ex comunista y agitador del Movimiento Antifascista fue miembro de las Juventudes Hitlerianas. Gligorov recibe la noticia con hilaridad. "Parece mentira que un político responsable pueda decir algo cuya falsedad es tan fácilmente comprobable. Primero, mi biografía está muy clara. Segundo, aquí donde yo estaba no había Juventudes Hitlerianas, ya que no estábamos ocupados por los alemanes, sino por los búlgaros".

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