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"Un debate artificial"

El origen de la polémica estuvo en el propio patronato del MNAC, que es quien debe aprobar su construcción. En el patronato del MNAC están representados la Generalitat catalana y el Ayuntamiento de Barcelona.

Tápies declaró el 23 de enero que éste es un debate artificial "porque han empezado a salir informaciones antes de que se conociera la maqueta". Pere Duran Farell, presidente del Patronato, dijo ese mismo día que en ningún momento hubo un encargo formal de la escultura por parte del patronato, y que el proyecto fue fruto de una conversación con la arquitecta italiana Gae Aulenti, autora de la remodelación del museo. Duran Farell declaró que se limitó a recoger una sugerencia de Aulenti y a poner en contacto a ésta con Tápies. Tras ver la maqueta del calcetín, Duran consideró que, antes de que se pronunciara el patronato, era prudente contar con informes del Ayuntamiento y de la Generalitat, hecho que, sin embargo, cuestionó la independencia de criterios del mismo patronato. Tápies afirmó, en cambio, que la obra se la pidió Duran y que tanto Aulenti como el presidente del patronato dieron su aprobación.

Más información
La venganza del 'caIcetín' de Tapies

El 5 de febrero pasado, Joan Guitart, consejero de Cultura catalán, rechazó la instalación del calcetín alegando razones de prudencia, mientras Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona, reafirmó su postura favorable a la instalación de la escultura.

La polémica se reavivó el 22 de abril, cuando EL PAÍS reveló una sugerencia hecha en privado por Maragall, que abogaba por un cambio de escala, materiales y de situación de la escultura en el museo.

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