Asesinado un preso durante un motín en la cárcel de Alcalá-Meco

Varias decenas de presos se amotinaron ayer, por causas indeterminadas -alternaban vivas a la revolución con protestas por malos tratos-, en la cárcel de Alcalá-Meco (Madrid). Durante la revuelta resultó muerto el interno Mariano Domínguez Aliseda, en un presunto ajuste de cuentas entre los reclusos. Un funcionario fue secuestrado y un agente de policía resultó contusionado al ser alcanzado por una pedrada lanzada por los amotinados. El conflicto, que la dirección de la cárcel se resistió a calificar de motín, se inició sobre las diez de la mañana y terminó durante la tarde al bajar los presos del tejado.

El motín en Alcalá Meco se inició sobre las diez de la mañana, cuando uno de los reclusos del módulo 2, Moisés Caamañez Álvarez, secuestró al funcionario Antonio Pérez Ramírez, contrariado, al parecer, porque se le había reducido el tiempo de contacto con su familia, según la versión facilitada anoche por la dirección del centro penitenciario.A continuación, según la misma versión, Caamañez se dirigió al recluso Mariano Domínguez Aliseda, a quien acusó de ser un mal compañero y le mató de varios pinchazos con un arma de fabricación casera. Tras matar a Domínguez, Caamañez obligó al funcionario y a otros reclusos a introducirse en una celda, lo que provocó que otros presos se fugaran hacia los tejados.

Medio centenar de agentes antidisturbios realizó numerosos disparos de botes de humo sobre los tejados del centro donde una veintena de reclusos se había encaramado y desde donde lanzaban piedras contra los agentes.

Cumplimiento

Los reclusos amotinados pertenecían a la sección de cumplimiento. Los incidentes, según testigos presenciales, se iniciaron en el módulo 2, donde presuntamente fue secuestrado el funcionario, y en el 4 y se extendieron posteriormente a los módulos 1 y 3. A lo largo del día se especuló con la posibilidad de que otros dos funcionarios hubieran sido sescuestrado, hecho que se demostró falso cuando, a última hora de la tarde, los presos bajaron voluntariamente de los tejados.

A lo largo de la mañana fueron acumulándose efectivos antidisturbios de la policía, que esporádicamente tiraban botes de humo sobre los tejados, pero sin decidirse a realizar un asalto en regla.

Motivos

Los amotinados, preguntados por los periodistas sobre las causas del motín, daban motivos de toda índole: "Hacemos esto ante las injusticias de la prisión y porque nos están pegando todo el día". Asimismo, se quejaban de un régimen penitenciario de excesivo rigor. Sin embargo, entre pedrada y pedrada, otro recluso daba continuos gritos de "viva la revolución".

Asimismo, los familiares de los presos, que vieron impedida la visita a los reclusos, generaron momentos de tensión, al lanzar objetos sobre coches de funcionarios.

Según el director de la cárcel, Segundo Pascual, los hechos ocurridos ayer no podían calificarse de motín, sino de incidentes causados por un único recluso. En medio de esta confusión, el interno Domínguez Aliseda resultó muerto en lo que tenía trazas de ser un ajuste de cuentas entre internos.

Este preso estaba considerado muy peligroso en medios penitenciarios. Fuentes de un sindicato de funcionarios barajaban la posibilidad de que los internos atrincherados hubieran decidido matarlo por negarse a participar en el motín.