Las parcelas del presidente del Gobierno
Desde hace algún tiempo vengo observando que la sección de Cartas al director se ha convertido en un rosario de mentís a informaciones publicadas en ese diario, ya sea por inexactas o por poco documentadas.Hay algo peor, sin embargo: es la sempiterna manía que tienen ciertos periodistas de presentar como presunto delincuente a cualquier persona cuyo nombre pueda ser noticiable.
Un ejemplo significativo es la gacetilla que leo en EL PAÍS del miércoles 26 de febrero (página 15). Merced a ella sabemos que don Felipe González, presidente del Gobierno, y su esposa han comprado dos parcelas en las cercanías de Madrid para hacerse construir un chalé.
La noticia en sí no parece tener más que un interés muy relativo. Sin embargo, el encargado de aderezarla ha juzgado útil destapar una serie de detalles, sin otro propósito aparente que el de sembrar la duda y el desconcierto entre los lectores. ¿A qué viene revelar, si no es con una finalidad morbosa, el nombre y la profesión del vendedor de las parcelas, su dimensión, la fecha de formalización del contrato de compraventa, su precio y la forma de pago, el nombre del notario que da fe de esa operación, la fecha probable del inicio de la construcción ... ? ¿Por qué, ya que estamos, no indicar también la altura del terreno sobre el nivel del mar y que actualmente acampan en él varias colonias de hormigas cuya vida tendría que respetarse para no entrar en conflicto con ecologistas puntillosos?
No obstante, la guinda del pastel la constituye la última frase, que copio: "La familia González visitó el terreno de incógnito, según algunos testigos que los reconocieron...". Yo me pregunto cuál habría sido la reacción del gacetillero si la familia González, en un acto privado, se hubiese hecho acompañar por un destacamento de infantería, banda de música al frente, y hubiese realizado esa visita a los acordes del pasodoble España cañí.-
