El productor español del 'Colón' de Scott se defiende de los ataques de Bardem

Pere Fages, coproductor por parte española de la película Columbus, de Ridley Scott, respondió ayer a los ataques de destacados profesionales del cine español contra la subvención de 200 millones de pesetas prevista por el Ministerio de Cultura sólo para ese filme mientras que 400 millones tendrán que repartirse entre unos 50 proyectos españoles. Fages insiste en la nacionalidad europea (británica, francesa y española) y no estadounidense del Colón de Scott.El coproductor critica las siguientes declaraciones de Juan Antonio Bardem, presidente de la Asociación de Directores y Realizadores del Cine y el Audiovisual de España (ADIRCAE): "Me parece lamentable y un engaño el que se diga que esta película es una coproducción española", y "...supone que la industria del cine norteamericano haga más películas y encima las subvencionemos los españoles".

A ello Fages responde: "Bardem, como experto, era miembro de la comisión que con fecha de 8 de octubre de 1991 aprobó la coproducción y confirió, por tanto, la nacionalidad española al filme de Ridley Scott, que Cyrk coproduce, con Francia y Gran Bretaña

Bardem desmintió, ayer que estuviese en la comisión de coproducción y añadió que si hubiese estado habría votado en contra. Respecto a que no hay participación norteamericana en el Colón de Scott, Bardem declaró: "Ésa es una trampa; Superman también está hecha a través de una firma inglesa. De ésas hay muchas".

"Engaño y pachanga"

Pere Fages dice no comprender que lo que en noviembre "fue aceptado y decidido, en sólo unos meses se haya convertido en engaño y pachanga, cuando, en todo caso, y a lo largo del rodaje en España, ya concluido, se han verificado los supuestos en cuanto a inversión (superada la previsión de 800 millones de pesetas), semanas de rodaje y participación de actores y equipos técnicos españoles".Para Fages limitar el régimen de coproducciones, "como parece desear Bardem", a los proyectos españoles "equivale a decidir que nuestro cine se encierre dentro de unas perspectivas domésticas y lo condena a seguir produciendo filmes sin posibilidad de amortización".