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"Intervinimos para salvar la democracia"

La actual crisis de Argelia no tiene nada que ver con el islam. Hemos sido una sociedad musulmana durante 14 siglos. Si Argelia no hubiera sido musulmana, otros líderes y otras ideologías distintas a las del Frente Islámico de Salvación (FIS) habrían explotado el descontento y la depauperación de nuestro pueblo. Si hemos llegado al actual estado de emergencia ha sido como resultado de acciones de líderes políticos que están lejos del islam y cercanos al fascismo.Al igual que los nazis durante la República de Weimar en Alemania, el FIS deseaba acabar constitucionalmente con la democracia antes de que fuera capaz de consolidarse. En mi opinión, la Constitución no es un fin abstracto en sí mismo, sino un conjunto de directrices para establecer instituciones democráticas y la continuidad del Estado. El FIS proclamó de forma abierta que utilizaría las elecciones sancionadas institucionalmente para desmantelar las frágiles instituciones. democráticas que se construían en Argelia. ,

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En años recientes, Argelia ha avanzado hacia el pluralismo en la vida política y hacia un sistema de competencia en la economía. Como consecuencia, ya no estamos en el viejo sistema, pero aún no estamos en el nuevo.

1 El pueblo rechazaba el antiguo sistema, gobernado desde la revolución por el Frente de Liberación Nacional (FLN), que ha dejado una profunda pobreza y a 1.500.000 argelinos sin trabajo. Entretanto, mientras las reformas, se desarrollan, cientos de miles de personas sufren una precaria existencia cotidiana. Como problemas tan graves no pueden erradicarse de la noche a la mañana, se ha producido frustración, pero, por primera vez en la historia de Argelia, también los medios para expresarla libremente.

Aunque el progreso político y económico se necesitan entre sí, también se debilitan recíprocamente si el contraste entre ambos es muy grande. Durante la primera vuelta de las elecciones nacionales el pasado diciembre, el rápido ritmo de la reforma política tropezó con los arraigados obstáculos económicos.

Ejercicio negativo

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En aquel momento, la inmensa mayoría de los votantes islámicos rechazaron tanto al FLN como al FIS. Se trató fundamentalmente de un ejercicio negativo, de una elección fraudulenta. El 80% del electorado no votó por el FIS; sólo obtuvo el 20% de los sufragios.

Ese 20% bastaba para que consiguiera 188 de los 232 escaños de la Asamblea Nacional que se elegían en la primera vuelta. ¿Era esto, sin embargo, una base electoral suficiente para justificar el fin de la democracia? ¿Podemos permitir que el islam sea utilizado demagógicamente para acciones completamente contrarias al espíritu de la religión? El islam no es la violación de la conciencia de las personas. Sólo Dios puede prometer el paraíso, no un partido político.

Tales fueron los argumentos para que el presidente Chadli Benyedid dimitiera el 11 de enero, creando un vacío constitucional que hacía necesaria la cancelación de la segunda vuelta electoral.

Muchos creen que dimitió presionado por el Ejército. Todos los presidentes del mundo actúan en parte siguiendo consejos, en parte bajo presión. Para llenar el vacío constitucional se ha constituido el Alto Consejo de Estado como régimen de transición para crear estabilidad y volver a la normalidad. La democracia se desarrollará en fases más acordes con el progreso económico.

Nos comprometemos a celebrar nuevas elecciones nacionales en el plazo de dos años. Mientras tanto, mantendremos la seguridad en las calles y evitaremos que el islam se utilice por razones políticas. El estado de emergencia significa que el Gobierno no dudará en emplear su autoridad para imponer la ley que prohíbe que las mezquitas se -utilicen como tribunas para los partidos políticos.

El Frente Islámico de Salvación tendrá derecho a organizarse para las próximas elecciones sólo si respeta las normas legales. Y la básica es que las leyes deben respetarse, incluso si son malas, hasta que la mayoría del pueblo las cambie. Hemos detenido al líder en funciones del FIS, Hachani, porque, violando de forma directa la ley, llamó a la deserción en el Ejército. No podemos tolerar tales actividades. También han sido detenidos otros 35 líderes del FIS, y 10 más han sido puestos bajo "estrecha vigilancia". Al final, por supuesto, el estado de emergencia y la firme exhibición de autoridad no son la respuesta a los problemas fundamentales de Argelia. La respuesta es acabar con el desempleo y la pobreza, construir nuevas viviendas y poner en marcha una economía que funcione y alivie el descontento social. Sólo entonces podremos escapar a un futuro en el que la frustración se convierta en fundamentalismo y haga imposible la democracia.

No podemos hacer solos la reforma económica interior. Argelia no es un país cerrado. Está obligada a trabajar al lado de la comunidad internacional. Para establecer y mantener la credibilidad internacional precisa para atraer inversiones capaces de resolver nuestra crisis social, Argelia debe pagar el 75% de sus ingresos por exportaciones a acreedores extranjeros.

En otros casos se ha reducido la deuda para facilitar la democratización, pero parece que Occidente ha dado por perdida a Argelia, víctima de la mentalidad que proclama la supervivencia de los más aptos en un nuevo orden mundial, mentalidad que ha excluido a África cuando más ayuda necesita. La mayoría de los argelinos desea crear una democracia estable. Esto favorecería intereses vitales de un nuevo orden justo y sostenible. Si el mundo nos margina, esas esperanzas habrán nacido muertas... y no sólo en el norte de África.

Sid Ahmed Gozali es primer ministro de Argelia. New Perspectives Quarterly. Copyright Los Angeles Times Syndicate.

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