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El Gobierno argentino anuncia la privatización total de las empresas estatales durante 1992

El Gobierno argentino decretó ayer un amplio plan de privatización de la casi totalidad de las empresas públicas, que deberá concluir antes de que finalice 1992. El anuncio oficial de la privatización se realizó ayer en Buenos Aires, unas horas antes de la partida del presidente Carlos Menem, quien inicia hoy una visita de siete días a Estados Unidos. En concreto, el decreto establece el 31 de diciembre del año próximo como fecha tope para acometer el proceso privatizador.

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La privatización afectará a las empresas públicas de transporte, suministro de gas y energía eléctrica, correos, siderurgia, vías fluviales y puertos, petroquímica, fábricas militares relacionadas con las industrias de defensa y astilleros.El Gobierno fundamenta el decreto, porque "redundará en beneficios apreciables para la comunidad argentina y para mejorar los servicios". La filosofía que inspira la decisión de Menem es la de reducir el papel del Estado a las funciones esenciales de educación, salud, seguridad y administración de justicia.

La venta de empresas estatales podrá realizarse a cambio de títulos de la deuda externa argentina y el Ministerio de Economía se encargará de las tareas de privatización. El ministro de Economía, Domingo Cavallo, declaró que el decreto no significa más que ordenar las privatizaciones y "perfeccionar lo que se ha venido haciendo hasta ahora".

Para el presidente Menem, el decreto privatizador significa una baza importante ante su viaje a Estados Unidos. Menem podrá presentarse ante las autoridades de los organismos financieros internacionales, FMI, Banco Mundial y BID como un auténtico alumno modelo, dispuesto a aplicar la política de liberalización total de la economía. Esta posición de Menem ha tenido el respaldo popular de las recientes elecciones parciales para gobernadores y diputados. Los candidatos del peronismo de corte menemista han salido triunfadores. Además, en las provincias donde no ganaron los candidatos del Gobierno, los vencedores pertenecen a agrupaciones políticas que están de acuerdo con el proyecto menemista de desmantelar las estructuras formadas en las últimas décadas de la vida argentina.

Antes de salir para Estados Unidos, Menem expresó la esperanza de que para fines del año próximo o principios de 1.993 Argentina podría beneficiarse del plan Brady para reducir la deuda externa.

En Estados Unidos, Menem puede presentar unas cifras macroeconómicas apreciables. La inflación del mes de octubre fue de un 1,4 % y el dólar lleva nueve meses anclado sin rebasar el límite de 10.000 australes que le impone la Ley de convertibilidad. Menem firmará en Estados Unidos un acuerdo para ofrecer seguridades a los capitales que se inviertan en Argentina. Según Menem, se abren las puertas a los capitales de Estados Unidos y de otros países del mundo, "para que inviertan con todas las garantías que les puede brindar el Estado argentino a quienes quieran venir a contribuir en este proceso de desarrollo y crecimiento a partir de la estabilidad que hemos conseguido en estos meses de Gobierno". La primera reacción negativa al decreto anunciado por Menem surgió de su todavía esposa Zulema Yoma, quien compareció ante los tribunales con motivo de un trámite judicial relacionado con el divorcio. Sin conocer detalles del decreto, Zulema, a la salida de los tribunales, se manifestó en términos drásticos sobre la política económica del Gobierno.

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