La sonrisa inexistente

Afirmó Ricardo Rocha al aterrizar en Madrid que él jamás sonreía. La sonrisa, dijo, es un lujo que no está al alcance de un defensa central que se precie. Algunos, al oir las palabras del brasileño, sonrieron. Transcurridas seis jornadas del campeonato, nadie se ríe en Chamartín. Rocha es, hasta el momento, el fichaje más solvente y rentable del Real Madrid. Su presencia en la defensa blanca no sólo ha aportado una calidad y seguridad envidiables -su trabajo ayer fue excepcional-, sino que, además, ha desplazado el epicentro del debate sobre las supuestas carencias del equipo.Los fijos del Bernabéu afirman que el Madrid no ha tenido una defensa de empaque desde la marcha de Stielike y Maceda. Con Rocha, aseguran, es otra cosa. El brasileño jugó ayer sólo 45 minutos a pesar de padecer un proceso gripal, lo que prueba lo mucho que en él confia Antic. Su ausencia coincidió con el gol del Barcelona y con cierto nerviosismo entre sus compañeros de retaguardia. El debate se centra ahora en el centro del campo, donde actúan dos de los mejores jugadores del mundo: Prosinecki y Hagi. La grada lamenta el afán individualista de estos magníficos jugadores, que ayer recibieron algún que otro pito.