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La reconstrucción de Kuwait da a los occidentales menos contratos de los previstos

Pensaron que Kuwait sería una mina de oro. Pero cientos de empresarios occidentales están descubriendo que se están concediendo pocos contratos fuera del negocio del petróleo. Muchos pasan el tiempo metidos en sus habitaciones de hotel en espera de una llamada que nunca llega.

Algunos tienen suerte cono el francés Edouard Sicsic, quien un día después de llegar a Kuwait firmó un contrato por 600.000 millones de dólares para la venta de computadoras. "Me quedé sorprendido de lo rápido que conseguí el contrato porque sabía lo difícil que lo tenían otras compañías", afirma.La experiencia de Briton Robert Pritchard es muy diferente. Lleva tres meses en el emirato como representante de varias compañías de construcción británicas y todaviá no ha firmado un solo contrato.

Distintas fuentes advierten que el negocio es lento en Kuwait y que no ha habido grandes contratos aparte de los del sector de petróleo y de bienes de consumo básico. La competencia entre compañías especializadas en apagar pozos ha sido también feroz. La estadounidense Betchel es la que ha conseguido el mejor contrato hasta el momento, por cerca de 500 millones de dólares.

Algunos diplomáticos consideran que algunas compañías occidentales se han excedido en sus precios y deconocen la mentalidad empresarial árabe. Aseguran que el Gobierno de Kuwait, que conseguirá financiación en los mercados de valores internacionales, ha frenado el gasto en la reconstrucción. "Ya no hay decisiones irracionales para cubrir las primeras necesidades, ahora el Gobierno considera la reconstrucción como una inversión", asegura un diplomático.

El gobierno, en un intento de reactivar el sector privado local, está concediendo los contratos a los kuwaitíes cuando es posible.

Cientos de empresarios se apelotonaron en los hoteles de Kuwait inmediatamente después de que terminara la guerra. Sus sueños de hacerse rápidamente con dinero duraron poco. Los cálculos iniciales del coste del reparo de los daños alcanzaron los 100.000 millones de dólares, ahora no llegan a los 20.000 millones. Las redes eléctricas y la distribución del agua están arregladas, las carreteras en servicio y el teléfono funciona. Todo ello a un coste de 130 millones de dólares.

La ausencia de obras demuestra que el sector de la construcción está adormecido en una ciudad donde no se destruyeron más de 50 edificios. Kuwait tiene ahora un superávit de edificios. La población de 2 millones antes de la invasión se ha reducido a la mitad.

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