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LA REVOLUCIÓN DE AGOSTO

Gorbachov dimitirá si se rompe la Unión

El presidente Mijaíl Gorbachov aseguró ayer en el Parlamento que dimitirá si se renuncia a conservar la Unión Soviética. El presidente de la URSS había anunciado antes a los diputados que se había reunido con los presidentes de Rusia, Borís Yeltsin; de Kazajstán, Nursultán Nazarbáiev, y de Kirguizistán, Akar Akáiev, con los que acordó "conservar la URSS como una unión de Estados soberanos, con defensa común, Fuerzas Armadas comunes y espacio económico común". Referente al PCUS, Gorbachov se opuso a "desencadenar en el país una histeria anticomunista".

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"Haré todo lo posible para evitar que se traspase el límite tras el cual la desaparición de la Unión Soviética sería inevitable. Estoy por la renovación y la conservación de la Unión. No aceptaré otra cosa. Y si no, plantearé mi dimisión. Que otro, quien lo desee, se haga entonces responsable", declaró el presidente soviético.Gorbachov se mostró partidario de "hacer correcciones inmediatas" en el proyecto del Tratado de la Unión, en las que se refleje "la experiencia de los últimos días". En la reunión que Gorbachov mantuvo con los líderes de Rusia, Kazajstán y Kirguizistán también estuvo Alexandr YákovIev, hasta hace poco el principal asesor del presidente soviético y a quien se ha propuesto para ocupar el puesto de vicepresidente de la URSS. Gorbachov, Yeltsila , Nazarbáiev y Akáiev se pusieron de acuerdo en. elaborar un texto de acuerde, económico abierto a las 15 repúblicas federadas que forman la URSS, es decir, también a aquellas que han decidido independizarse completamente.

"En lo que respecta a las repúblicas que no quieren firmar el Tratado de la Unión, debo decir que es su derecho constitucional. Y si esta separación realmente ocurre, no se lo podemos negar", dijo Gorbachov, quien luego se refirió a la posición de Yeltsin sobre las actuales fronteras, explicando que para éste no existe ningún problema mientras las repúblicas permanezcan en la. URSS; pero si deciden salirse, entonces habrá que discutir y negociar.

Ambiciones imperiales

Esta posición de Rusia fue corroborada en la reunión que mantuvieron ayer Yeltsin y Nazarbáiev, en la que: el presidente ruso explicó a su colega kazajo, según un comunicado de la agencia Tass, que: "la revisión de las fronteras se plantea sólo con respecto a aquellas repúblicas que dejan la URSS, mientras que con respecto a los Estados de la Unión, Rusia es partidaria de la intangibilidad. de las fronteras existentes".

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"No hay que sospechar que comienza a concretarse una nueva concepción. del imperio ruso", dijo Gorbachov a los diputados refiriéndose a la reacción que ha habido ante las declaraciones de que Rusia se reserva el derecho, a revisar las fronteras. "Ni Yeltsin ni los, rusos tienen planes de resucitar el imperio ruso. Yo pido que conserven la Unión, y los rusos en esta tarea desempeñarán un papel unificador. No hay que sospechar que los rusos tengan ambiciones imperiales", afirmó.

El presidente soviético minimizó la declaración de independencia de Ucrania diciendo que les simplemente una reacción a lo que ha sucedido; es como un diálogo duro, pero un diálogo", y mostró confianza en la posibilidad de que la segunda república más importante no abandone la URSS.

Gorbachov se mostró de acuerdo con el programa propuesto por el Movimiento de Reformas Democráticas, encabezado por el ex ministro de Asuntos Exteriores de la URSS Edvard Shevardnadze, para salir de la crisis en que se encuentra el país. Dicho programa contempla un acuerdo para introducir un Gobierno en el periodo transitorio, durante el cual se negociarán todos los problemas relacionados con las declaraciones de independencia de las repúblicas.

También se propone que el Consejo de Seguridad, reestructurado con la participación de los presidentes de las repúblicas que ingresen en la nueva Unión, sea el órgano colegiado que gobierne el país en este periodo de transición.

Al igual que muchos diputados, Gorbachov mostró su preocupación por el peligro de que se desate una caza de brujas. Después de reafirmar que los golpistas deben ser castigados de acuerdo con la ley, el presidente dijo estar en contra de "la persecución de personas por motivos políticos; una cosa son los golpistas y otra la gente sencilla". Si se "aterroriza moralmente" a las personas, si se cae en el "revanchismo político", eso "significaría una derrota de las fuerzas democráticas". "Estoy decididamente en contra de desencadenar en el país una histeria anticomunista contra millones de militantes de base", señaló Gorbachov, que añadió: "Durante mucho tiempo consideré que se podía renovar el PCUS, pero perdimos la oportunidad". Gorbachov anunció que las tropas del KGB habían sido puestas bajo el mando del Ministerio del Interior y que el Colegio del KGB había sido cesado.

Traición de Lukiánov

Sobre el presidente del Sóviet Supremo de la URSS, Anatoli LukIánov, Gorbachov afirmó que le hacía sentir una "especial amargura". "Confiaba en que Lukiánov no traicionaría ni nuestro trabajo ni a mí. Estuvimos juntos 40 años; le conozco desde mis años de estudiante. O perdió su valentía, o actuó para salvar su propio pellejo. Ésta es una lección muy dura para mí".

De que Lukiánov traicionó a Gorbachov ya no quedan dudas. Ayer, el periódico Nezavísimaya Gazeta publicaba copias de documentos que prueban que el jefe del Parlamento apoyaba a la junta. El periódico reproduce una fotocopia del proyecto de resolución, que lleva la firma de Lukianov, por el que se aprobaban las medidas tomadas por el Comité Estatal de Emergencia.

Nezavísimaya Gazeta también reproducía ayer una lista de 22 personas que debían haber sido arrestadas después del golpe de Estado. La lista la encabezaba Yeltsin, seguido del primer ministro ruso, Iván Dilálev; el vicepresidente de Rusia, Alexandr Rutskói, y el actual jefe del Parlamento republicano, Ruslán Jasbulátov. Entre las personas que debían ser "internadas", además de todos los ayudantes de Yeltsin, figuran conocidos diputados, como Galina Starobóitova o Serguél Kovallov, y varios ministros rusos.

Por otra parte, ayer, Gorbachov nombró jefe de la Compañía de Radio y Televisión de la URSS a Yegor YákovIev, actual director del prestigioso semanario Novedades de Moscú. YákovIev, conocido por sus posiciones liberales reformistas, reemplaza al ultraconservador Leonid Kravchenko.

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