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LA REVOLUCIÓN DE AGOSTO

Kariakin: "El presidente actuó con una ceguera politica imperdonable"

El consejero de Yeltsin cree que el líder del Kremlin se quedó rezagado en el proceso de reformas

Pilar Bonet

Mijaíl Gorbachov ha hecho gala de una "ceguera imperdonable como político", al rodearse de los colaboradores que le traicionaron, y contribuyó así a hacer posible el golpe de Estado que hubiera acabado con la reforma iniciada por él mismo. Así opina el escritor Yun Kariakin, miembro del consejo coordinador de Borís Yeltsin, diputado de la URSS e íntimo amigo de Anatoli Cherniálev, el asesor del presidente de la URSS, que fue arrestado junto con él en Crimea durante dos días.Yuri Karlakin es uno de los representantes de la generación del "deshielo" de Nikita Jruschov, que convivió en Praga en los años sesenta con Cherniáiev y el grupo de personas que dos décadas más tarde darían la pauta de la perestroika.

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Kariakin cree que Gorbachov no ha dado todavía respuesta a la pregunta que él mismo formuló al presidente durante la primera conferencia de prensa después del cautiverio. ¿Por qué Gorbachov eligió como colaboradores a unos hombres en "cuya frente estaba escrito que eran unos canallas"?

Kariakin, que es un experto en Dostoievski y las entretelas del alma y la cultura rusa, tuvo un pequeño enfrentamiento con Gorbachov durante aquella conferencia de prensa y reprochó al presidente haberse sometido a la desinformación de VIadimir Kriuchkov, el presidente del KGB, hoy arrestado.

Limitación intelectual

La "sinceridad" con la que el presidente de la URSS apoya todavía al Partido Comunista y cree en la "opción socialista" revela, según Karlakin, una "limitación intelectual". "Gorbachov no quiere sangre. Por naturaleza, es un hombre que busca el compromiso. Durante los dos primeros años trató de asegurar que todos estaban en el mismo lado de la barricada. Luego, poco a poco, comenzó a reconocer que la perestroika tenía enemigos, aunque siempre culpaba a la izquierda".

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Gorbachov iba aprendiendo en cuestión de horas durante los primeros años de la perestroika, pero luego dejó de aprender. A partir de las elecciones legislativas de 1989, el líder de la URSS "comenzó a quedarse rezagado del proceso que él había puesto en rnarcha" y, curiosamente, pasó a considerar a la izquierda como el principal peligro.

"Creo que Gorbachov ha alcanzado su techo desde el punto de vista intelectual", señala Kariakin. "Yo estoy en contra de que se procese al Partido Comunista, pero hablar en serio a estas alturas de la opción socialista y de una perspectiva comunista, así como del partido que ha aprobado todas las represiones contra el pueblo, es una limitación intelectual".

Toda la fraseología sobre el comunismo que Gorbachov ha pronunciado tras su liberación está en la línea del "marasmo de Ligachov", señala Kariakin, refiriéndose al político conservador que fue cabeza de fila de los sectores ortodoxos comunistas.

Gorbachov no ha hecho caso a quienes le han advertido reiteradamente del peligro, señala Kariakin, que trató de impedir la salida a la calle de los tanques el pasado marzo, cuando Moscú fue tomada por el Ejército para evitar una manifestación de apoyo a Borís Yeltsin y la democratización en Rusia. "La limitación intelectual es inmoral y además un suicidio político", señala Kariakin. "Le han dicho en sus narices que iban a dar un golpe, y él no ha hecho caso", afirmaba.

Los micromodelos de golpe han sido muchos, desde la carta de Nina Andreievna, la profesora de Química de Leningrado, en 1988, a los sucesivos plenos del Comité Central del PCUS, pasando por los trágicos sucesos de Tbilisi, en 1989, y Vilnia, en 1991. "Gorbachov fue incoherente cuando se produjo el asunto Andreievna y lo fue posteriormente, y no averiguó quién había organizado las cosas y cómo".

Círculo cerrado

Tras la primera conferencia de rensa de Gorbachov, Kariakin opinaba que la desgracia no ha hecho más sabio a Gorbachov" y que éste se encontraba en un "círculo cerrado". El escritor se sentía decepcionado. "Se ha quedado rezagado", afirmaba, para recordar después cómo Gorbachov había intentado en el pasado apartar a Yeltsin de la escena política.

"La productividad laboral en la URSS ha sido muy baja, excepto en algunos campos, como han sido en el trabajo de verdugo, de delator, el terrorismo, en los que estábamos en primer lugar. E incluso ahí, con este golpe, han perdido definitivamente su cualificación", afirma Kariakin.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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