_
_
_
_
_

La Unión Soviética ha reducido un 45% sus importaciones en 1991

Victoria Carvajal

La severa reducción del comercio entre la Unión Soviética y el bloque de países del Este ha provocado una preocupante caída de la producción industrial en la primera y numerosas bancarrotas en el segundo.La entrada de productos importados a la URSS se redujo un 45% durante los primeros seis meses de este año. Esta vertiginosa caída trajo consigo una severa reducción en la oferta de componentes y piezas fundamentales para el proceso productivo de algunas industrias clave para la economía soviética. Así, el producto industrial ha caído el 8% de enero a junio del presente año, y cuatro puntos de este descenso responden a esta interrupción.

Leónid Gregoriev, economista soviético que participó junto a Shatalin y otros conocidos economistas en la elaboración del Plan 500 días, propuesto y rechazado por Gorbachov el año pasado, atribuye esta abrupta interrupción comercial a dos factores fundamentales. Primero, a la dura recesión reflejada en la caída del 12% en la demanda de bienes de consumo en el primer semestre del año. Y segundo, se queja el economista, "a la pésima gestión de los burócratas soviéticos, quienes, inmersos en un caos político y económico, no han permitido a los comerciantes formalizar sus contratos con el exterior en los periodos que les corresponde. El pasado otoño, fueron muchos los pedidos que se quedaron estancados por estos motivos, no por falta de dinero".

Más información
Rublos en el calcetín

La otra parte afectada, los países del Este, sufren bancarrotas en las industrias que, víctimas de una distribución de los recursos planificada desde Moscú durante más de cuatro décadas, producían componentes cuyo único destino era una macrofábrica de ensamblaje en alguna república de la URSS. Ahora, estos países, huérfanos de un mercado que absorba sus productos, se vuelven hacia Occidente, especialmente Europa occidental, en busca de nuevos compradores.

El debate entre ambos bloques, representados por expertos y economistas de cada país, se llevó a cabo a principios de agosto en Santander durante la conferencia La transformación económica de la Europa Central y del Este, organizada en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) por el Banco Pastor y el Centre for Economic Policy Research, con base en Londres.

El ministro de Economía y Desarrollo de Polonia, Karel Dyba, señaló que las exportaciones de su país a la Unión Soviética habían caído un 68% en el primer semestre del año. "El resurgir del comercio depende enteramente del éxito de la transición en la URSS, aunque confío que en 10 años las relaciones se normalicen, con una diferencia: no serán el resultado de una planificación centralizada, sino que responderán a unos intereses económicos".

En Polonia y Hungría, las exportaciones hacia la URSS han caído el 55% y el 50% respectivamente. El representante húngaro, Laszlo Csaba, no ve posibilidad alguna de que las relaciones comerciales progresen en los próximos cinco años y considera que "la reorientación comercial" hacia Occidente no debería ser vista con tanto temor por los países ricos, especialmente la CE, ya que la presencia comercial del bloque de cinco países de Europa del Este en el mercado comunitario es marginal (tan sólo el 2,5% de las importaciones).

El potencial comercial de los países del Este, particularmente de los tres más avanzados en sus reformas (Polonia, Hungría y Checoslovaquia), es comparado muchas veces por algunos expertos occidentales con el impacto de los Tigres de Asia del sur (Taiwan, Hong Kong, Corea del Sur y Singapur) en el comercio mundial desde: principios de los años ochenta. Les separan 20 años de diferencia. "Si el mundo ha sido capaz de asimilar las exportaciones de los Tigres, debería poder hacer lo mismo con Europa del Este", declaraba recientemente Richard Blackhurst, director del departamento de investigación del Acuerdo General sobre: Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).

Los países del Este padecen especialmente la resistencia comunitaria a liberar sectores en los que son más competitivos: agrícola, textil, metalúrgico y químico. "La transición económica se haría tanto más fácil si la CE colaborara comercialmente", comentaba el representante rumano. Polonia ha sido el país que más esfuerzo ha puesto en negociar bilateralmente con la CE una mayor apertura comercial. Con la URSS la interdependencia industrial permanece", declaró el experto polaco, Jan Piotrowski.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_