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Crítica:DANZA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Giselle' reina de la noche

Llegó a Madrid después de siete largos años de espera la Giselle de Trinidad Sevillano, y la emoción que suscitó venció el frío invernal que reinaba la noche del martes en la villa. Desde que fue vista fugazmente en Granada, cuando la bailarina se identificaba con el personaje en años, ingenuidad y frescura de impulsos, parece no haber cambiado nada: a sus casi 23 años, la antigua alumna de María de Ávila, ahora en las primeras filas del Boston Ballet sigue dando la impresión de que nada técnico le cuesta. Su enorme elocuencia produce el efecto de una transfiguración real, que no parece consecuencia del estudio ni la impostacíón, sino de una espontánea necesidad de expresarse que intuitivamente encuentra la forma adecuada por sus cualidades como bailarina: su ritmo de movimiento, la implicación del tronco y la cabeza en el torneado de la lírica y la enorme proyección de su expresión anímica.Fernando Bujones descarga menos energía fisica, ha cambiado su esplendidez por un inteligente dominio del estilo, tanto en los pasos -de una limpieza extraordinaria-como en la paritomima. Bujones dibuja un Albrecht aristocrático pero ardoroso, que proyecta sobre Gíselle el contrapunto ideal de hombre experimentado. Los dos artistastuvieron espacio para el virtuosismo sin dejar de emitir vibraciones. La batería de Bujones, perfecta y alada, avanzando como impulsado por fuerza sobrenatural; el vertiginoso giro en sauté arabesque de Sevillano, que controló finalmente en una vertical sostenida, o la subida lentísima de su pierna mientras ella reposaba ensimismada y sin vibrar sobre la otra, fueron imágenes que pocos bailarines ofrecen hoy en día.

Giselle

Boston Ballet. Dirección artística: Bruce Marks. Con Trinidad Sevillano (Giselle) y Fernando Bujones (Albrecht). Coreografía: Leonidas Lavrovski. Música: Adolphe Adam. Veranos de la Villa. Teatro Conde Duque. Madrid, martes 30 de julio.Boston Ballet Allegro brillante (Balanchine / Tchaikovski). Trinidad Sevillano y Patrick Armand. Esmeralda, pas de deux (Perrot / Pugni). Jennifer Ge1fland y Daniel Ileja. Mortsubita (M. Morris / Polilenc). Etudes (H. Lander / Czerny, Knudage Rlisager). Madrid, 31 de julio.

El aforo del Conde Duque (1.600 plazas) fue de nuevo insuficiente en el segundo programa ofrecido por el Boston Ballet. La compañía, que en Giselle permaneció ensombrecida por el magnetismo de susprotagonistas unido a la frialdad de un montaje simple, mostró la segunda noche su auténtica envergadura con obras apropiadas a su estilo. La escuela americana de puntas ágiles y espaldas fijadas a la vertical lució sobre todo en los magníficos Estudios de Lander. La compañía llegó a la vistosidad y el ritmo escénico requeridos, superándose en uniformidad respecto a las otras piezas. Como el primer día, el público respondió enfervorizado al espectáculo, aplaudiendo la fogosidad del bailarín Patrick Armand y el el dominio técnico de los jóvenes Jennifer Gelfand y Daniel Meja, exponentes de las nuevas generaciones acrobáticas

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