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NECROLÓGICAS

Jaime Martín Artajo

Cuando un amigo se va

Esto es lo que podríamos decir de Jaime Martín Artajo, caballero entre los caballeros, amigo entre los amigos, profesional entre los profesionales.Yo, que he pedaleado con él por la sierra de Guadarrama con 14 años y le he seguido de cerca en sus andaduras profesionales y sociales, constato su hidalguía y su hombría de bien, que estoy seguro comparten todos los que tuvimos el placer de ser sus amigos.

En el campo profesional, además de sus innumerables obras, la concesión que se le hizo del Premio Nacional de Arquitectura avala su constante preocupación por hacer la arquitectura más humana y más vivible.

Este día aciago del 6 de junio de 1991 quedará grabado para siempre en el alma de los que gozamos de su amistad, y la profesión de arquitectura pierde uno de sus puntales.

Cuando estaba agonizando pedía insistentemente la presencia de su tío el sacerdote Manolo Gutiérrez, con lo cual nos dejaba testimonio de sus ansias espirituales.

Como decía Saint-Exupéry, "no se ve más que con el corazón, lo esencial es invisible para los ojos".

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