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Engholm releva a Vogel al frente del SPD alemán

Björn Engholm, de 51 años, fue elegido ayer presidente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) casi por unanimidad, en sustitución de Hans Joachim Vogel. De los 470 delegados presentes en Bremen, 458 votaron a favor, siete en contra y cinco papeletas fueron declaradas nulas. El resultado apunta a la toma del poder en el viejo SPD por la generación conocida como los nietos de Brandt, otro de los cuales, el fracasado candidato a la cancillería Oskar Lafontaine, fue reivindicado ayer por Engholm en su discurso previo a la votación.

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La pugna que se había perfilado con claridad en los últimos días entre Engholm -y un Lafontaine que le brindó su total apoyo- y la vieja guardia, representada por el presidente saliente, Hans-Joachim Vogel, parece haberse resuelto a favor del nuevo líder del SPD en vistas a la magnitud del apoyo que ha obtenido de las bases del partido, claramente reflejada en la votación.Engholm, además, fue muy específico en su discurso, primero al reivindicar la figura de Lafontaine, caído en desgracia después de protagonizar la derrota más clara en mucho, tiempo de la socialdemocracia cuando perdió ante el canciller Helmut Kohl las últimas elecciones generales.

"Lafontaine fue aplastado políticamente a causa del análisis que hizo de la situación durante la campaña electoral", dijo Engholm, "y ahora está claro para todos que tenía la razón".

El nuevo presidente del SPD hizo un llamamiento a la solidaridad de los alemanes occidentales con sus hermanos del este, y se refirió al peligro de que la Alemania unificada sufra ahora un trauma de nuevo cuño, esto es, "la división en dos sociedades, en dos pueblos".

En otra sutil referencia, Engholm dedicó un surtido de halagos a Helmut Schmidt, el último canciller socialdemócrata y en los últimos tiempos claramente marginado en el partido. Schmidt, que se hallaba presente en la sala, pero lejos de la presidencia, fue muy aplaudido por los delegados cuando el nuevo presidente socialdemócrata le señaló así: "Es el hombre que me ha enseñado a gobernar".

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Tensiones internas

Pese a las tensiones internas, nunca ausentes de la socialdemocracia alemana, y los rumores de los últimos días sobre enfrentamientos entre la vieja guardia y los nietos de Brandt la sensación ayer en Bremen era la de un partido pujante y joven que se encamina hacia el poder tras una larga travesía del desierto. Engholm fue claro en este sentido: "Estamos ya en el camino hacía renovar la responsabilidad de este país. La coalición en Bonn ya no puede aguantar mucho más, está quemada, gastada, inmóvil y exhausta".En el más polémico tema del papel de la nueva Alemania en el mundo, el líder socialdemócrata repitió su punto de vista de oponerse a la presencia de tropas alemanas fuera de la OTAN, una cuestión que le enfrenta claramente con Brandt y Vogel.

"No tengo nada en contra de que Alemania asuma un papel de liderazgo en el mundo, en la lucha contra el hambre, la pobreza y la destrucción del medio ambiente". También se refirió a la construcción de Europa, y se mostró favorable a la unidad política y económica y a la creación de una moneda común, pero -recogiendo uno de sus temas favoritos- insistió que a la futura Europa hay que añadirle la dimensión política de la ecología.

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