Ryoei Saito,
de 75 años, propietario de dos de los cuadros más cotizados del mundo, el Retrato del doctor Gachet, de Van Gogh, y El molino de la Galette, de Renoir, por los que ha pagado más de 160 millones de dólares, tiene la intención de llevárselos a la tumba cuando le llegue la muerte, informaba el lunes The Daily Telegraph de Londres. Según el rito sintoísta, el 99% de los ataúdes son quemados, y las dos obras pictóricas podrían correr la misma suerte. Varios expertos afirmaron que no tornaban a broma el hecho, porque ya hay precedentes y en el Japón moderno siguen existiendo personas que al morir "llevan consigo objetos de gran lujo". Saito, que preside la papelera Daishowa y pasa por ser el japonés que más impuestos pagó en 1990, se apresuró a declarar ayer que "bromeaba" cuando afirmó que se llevaría los cuadros a la tumba.