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FERIA DE SAN ISIDRO

El presidente firmaría que todos los toros fueran como los de ayer

Al presidente del festejo de ayer, Francisco Valderas, no le parecieron inválidos ninguno de los seis toros lidiados, pese a las grandes protestas e incluso insultos del público: "De inválidos, nada. Yo hasta firmaba ahora mismo que el resto de los toros de la feria salieran corno éstos".Valderas los calificaba de flojos, "que es algo muy distinto", añadía, y ponía como prueba que no se cayeron casi nunca en el último tercio. Con respecto a los gritos en su contra, señalaba sonriendo que no los había oído: "Como ya estoy acostumbrado, en el palco hay veces que me vuelvo sordo".

Rafi de la Viña coincidía con la opinión del presidente: "Entiendo que no devolviese ningún toro, porque blandearon y al tercer o cuarto muletazo se paraban, pero aunque esta debilidad nos impidió el lucimiento, no había motivo para cambiarlos". El albacetense estaba contento, dentro de la decepción por no haber triunfado, debido a que los aficionados del tendido siete le chillaron menos que en 1990: "Es porque me han visto más centrado y seguro en la cara del toro".

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El Soro discrepaba ampliamente de su compañero con respecto al público: "No han tenido paciencia o no han sabido ver ni el peligro del quinto ni que el segundo, magnífico con las banderillas, donde me apretó mucho arrancándose de lejos, sólo me admitió una tanda de muletazos antes de pararse".

Al valenciano le desagradaron los gritos que oyó con ese segundo: "SI lo citaba a distancia, ya no venía el animal, y si me ponía cerca, me acusaban de ahogarlo". Aunque sí reconocía haber matado muy mal: "Se me fue la mano las dos veces, pero en el resto he estado digno".

Descontento con la afición

Tampoco a Manili le gustó el trato de la afición: "Los noté muy raros, como mosqueados conmigo. No lo entiendo". Al sevillano le parecía que su primer toro sí debió cambiarlo el presidente por su falta de fuerzas cercana a la invalidez.

Sin embargo, y al igual que El Soro, su autocrítica era positiva: "Yo creo que no he pegado ningún petardo. Porque con el cuarto me he cruzado, le he dado sitio y le saqué varios pases muy ligados que en otras ocasiones me habrían aplaudido". Concluía argumentando que tal vez el público sólo le agradezca su lidia frente a toros aún más difíciles: "Si es así, triunfaré en mi próxima corrida con los miura".

Satisfecho totalmente sí se encontraba el subalterno Manolo Montoliú, que hubo de desmonterarse tras su segundo par al sexto toro: "Ha sido muy emocionante, pero mucho más la ovación del público cuando he cogido los palos, pese a que llevaba cuatro años sin actuar en Las Ventas". Montoliú confiaba en mejorar en su siguiente comparecencia en el abono, el día 19. "Con una afición así no queda más remedio".

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