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Japón envía una flotilla de dragaminas para limpiar las aguas del golfo Pérsico

Una flotilla de cuatro dragaminas de la Armada japonesa y dos naves de apoyo zarparán mañana en dirección al golfo Pérsico para contribuir a las operaciones de limpieza de artefactos explosivos colocados por Irak, según anunció ayer por la noche el primer ministro, Toshiki Kaifu, al término de una reunión extraordinaria del Gabinete. Se trata de la primera misión militar que realiza Japón fuera de su entorno.

Kaifu manifestó en una conferencia de prensa que la medida era un paso necesario y un deber del país en la contribución al proceso de paz de Oriente Próximo tras la guerra del Golfo. Estados Unidos ha presionado al Gobierno japonés para que colabore más de lo que ha hecho hasta ahora en la tarea. Kaifú, que no logró el pasado otoño suficiente apoyo para crear un cuerpo de paz de civiles y militares que colaborara con la ONU, tampoco ha conseguido esta vez el consenso de los partidos de oposición, pero ha decidido llevar adelante la acción.Todas las fuerzas parlamentarias, a excepción de los socialdemócratas pero incluido el budista Komeito, con el que el Gobierno mantiene en los últimos meses un acuerdo de colaboración, han condenado la decisión, aunque esta vez de un modo menos enérgico que el pasado año, argumentando que viola la norma constitucional que prohíbe el envío de tropas al extranjero. El Gobierno sostiene, por el contrario, que el envío de dragaminas está dentro de la ley, ya que una de las responsabilidades de la Marina es la de realizar operaciones de limpieza de minas.

Kaifu dijo anoche que el envío de la flota no comporta fines militares y que, por consiguiente, se ajusta a lo marcado por la Constitución. Declaró también que consideraba justo que Japón contribuya a una misión de paz tan importante como ésta. El ex primer ministro Yasuhiro Nakasone no logró en 1987, en una de las fases más agudas de la guerra entre Irán e Irak, el respaldo suficiente dentro del propio partido gobernante, liberal, para desplazar dragaminas al golfo Pérsico.

Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Noruega, Holanda y Bélgica han desplazado ya unidades especiales al Golfo con tal fin. Las grandes compañías petroleras y marítimas, al igual que todas las principales organizaciones empresariales japonesas, venían reclamando desde hace semanas al Gobierno de Kaifu que definitivamente diera luz verde a la misión. El diario Asahi, en una encuesta publicada ayer, indicó que el 56% de la población apoya el envío de dragaminas.

Sin embargo, algunos países asiáticos, como China, han mostrado reservas a la participación japonesa en tal operación. Kaifu realizará a partir del próximo sábado una gira por varias capitales de la Asociación de Países del Sureste Asiático (ASEAN). Entre las prioridades de su agenda de trabajo estará la de tranquilizar a los Gobiernos respectivos sobre posibles recelos que la medida pueda comportar, y reafirmar que ello no representa ningún proyecto secreto de ampliar las funciones de las Fuerzas de Autodefensa, como eufemísticamente llama Japón a su Ejército.

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