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Armiñán rueda con Francisco Rabal la vida de un viejo actor retirado

Después de interpretar a Juncal, Paco Rabal inicia ahora la aventura de don Mario Chacón, un viejo actor retirado y nostálgico que vive la peripecia de su regreso a las tablas. Jaime de Armiñán es el autor director de la serie televisiva Una gloria nacional, cuyo rodaje ha comenzado en Madrid hace dos semanas. Analía Gadé, Juan Luis Galiardo, Mónica Randall y Rafael Alonso figuran también en el reparto.

Casi todo el rodaje de es ta nueva serie de Jaime de Armiñán se hará en Madrid, en Asturias -donde va a reflejarse la vida del incliane, que regresa enriquecido de la emigración argentina-, y en Portugal, donde vive la ex compañera de Chacón -Analía Gadé-, viuda ya y deseosa de volver a ver al viejo actor, pero no a reemprender la aventura del teatro.

Tres películas

"Ya cuando arrancamos con Juncal", confiesa Armiñán, quien prefiere decir que la serie se divide en 10 actos y no episodios, "pensé que me gustaría hacer tres películas, porque se trata de películas, aunque más largas de lo habitual, sobre toros, teatro y circo. La de toros está hecha, la de teatro se está haciendo, y la del circo espero que se haga después"."Yo he vivido siempre rodeado de teatro en mi casa, y recuerdo en mi niñez a Valle-Inclán, a los hermanos Alvarez Quintero, a los Machado, y muchas anécdotas que le suceden a don Marlo Chacón son escenas que yo he vivido muy de cerca", añade Armiñán.

No aparecen en Una gloria nacional personajes del antiguo Madrid, ya que la historia es actual, aunque haga constantes referencias al pasado de sus protagonistas. "Se refleja, sin embargo, la bohemia residual del teatro moderno, las tertulias, las maledicencias, los críticos... Tal vez como se ven en nuestros días", señala Armiñán, para quien Paco Rabal "es uno de los actores más dúctiles, flexibles y sensibles que tenemos, y que está en su mejor momento. Aquí, en don Mario Chacón, ha vuelto a encontrar su tipo".

El rodaje durará de 10 a 12 meses, y otros tantos la tarea posterior de selección y montaje. "Espero que pueda verse la serie en 1993, y si hubiera suerte, a finales del 92, el año mágico". Una gloria nacional, como antes Juncal, se vértebra en la personalidad interpretativa de Paco Rabal, cuyo talento, según Armiñán, crece a medida que en él pasan los años.

Las vicisitudes de la reaparición del viejo actor, a quien nadie le despoja del don, terminan con su interpretación del alcalde de Zalamea, ante el público que antes le había sido devoto. Malecilcencias, tertulias afiladas, críticos punzantes... componen el decorado de una peripecia humana que entremezcla la nostalgia puramente profesional con ese viejo amor que desde Portugal intenta llamar a la puerta abandonada muchos años antes.

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