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El socialismo francés encara su segunda 'conversión'

El Partido Socialista francés (PS) celebra hoy y mañana una convención nacional consagrada al análisis de la guerra del Golfo. Tras haberse convertido en la primera mitad de los años ochenta a la economía de mercado, el socialismo francés lo hace ahora al americanismo. La guerra ha sido la causante de esta nueva mudanza de piel de un partido que en 1980 todavía predicaba las nacionalizaciones y el antiimperialismo.

Laurent Fablus, presidente de la Asamblea Nacional y delfin favorito de FranQo1s Mitterrand, lo dice explícitamente: "Es preciso que el PS realice un aggiornamento de su política internacional". Lionel Jospin, ministro de Educación, está de acuerdo. "Debernos abandonar", proclama Jospin, "nuestras contradicciones y ambigüedades". El ministro de Relaciones con el Parlamento, Jean Poperen, señala la dirección: "Dudo de que el proarabismo y el tercermundismo sean en sí mismos valores de izquierda".La guerra del Golfo ha dado a Mitterrand una popularidad y un poder que nunca habían tenido sus predecesores en el Elíseo. Esa posición de fuerza está permitiendo al presidente francés realizar, en materia de política internacional, una conversión al llamado realismo de tanta envergadura como la que en 1982-1983 le llevó al liberalismo económico. Mitterrand se está quitando de encima la, para él, pesada herencia de la política exterior gaullista, lo que sus consejeros osan ahora denominar "el mito de la especificidad francesa". Como Alemania o el Reino Unido, Francia está hoy de todo corazón del lado de los norteamericanos. Y ese giro coincide con los sentimientos de la mayoría del pueblo francés. Sin embargo, fuentes próximas al primer secretarlo del PS, Pierre Mauroy, reconocen que, si en verdad el Ejército iraquí hubiera sido el cuarto del mundo y la guerra hubiera durado unas semanas más, "el socialismo francés habría estallado". Un 20%, de los militantes socialistas, según las encuestas, no compartía la actitud intervencionista de Mitterrand. La brevedad de la guerra y la ausencia de bajas significativas entre las tropas francesas jugaron a favor del presidente. Plerre GuIdoni, que se opuso a la intervención militar, acepta su derrota al afirmar: "La historia ha escogido entre los adversarios y los partídarios de la acción

En el socialismo francés, los perdedores son los ahora denominados catastrofistas: el ex ministro de Defensa Jean-Pierre Chevénement, dirigente de la corriente Socialismo y República; el ex ministro de Exteriores Claude Cheysson; los jóvenes de la Nueva Escuela Socialista de Julien Dray, padrinos de SOS Racismo, e intelectuales como Regis Debray y Max Gallo.

Posición 'pronorteamericana'

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Los elefantes socialistas como Laurent Fabius, Michel Rocard, Lionel Jospin, Jean Poperen o Pierre Mauroy, que siguieron incondicionalmente a Mitterrand, han prometido que serán generosos con los perdedores en la convención nacional del 6 y 7 de abril. "Nadie", dice Mauroy, piensa que sea necesario abrir todo un debate retrospectivo sobre los argumentos de uno u otro campo". La posición pronorteamericana de Mitterrand triunfará con todas las de la ley.

Incluso la gran mayoría de los partidarios de Chevénerment no están dispuestos a seguirle si emprende una aventura que pueda llevarle a la minoría del PS o al abandono del partido. Así lo han hecho saber pilares de la corriente Socialismo y República como Pierre Guidoni y NAlchel Charzat.

El nuevo consenso en política internacional no se traduce por el momento en una real recuperación de la unidad del PS. Su actual mayoría es el resultado de un comprom Iso de última hora alcanzado el pasado año en el congreso de Rennes. Los elefantes libraron en Rennes una feroz guerra por la sucesión de Mitterrand, que estuvo a punto de enterrar al PS.

Mitterrand parece haber decidido mantener unos meses más a Rocard como primer ministro. Rocard, el eterno aspirante al puesto hoy ocupado por Mitterrand en el socialismo francés y en el Elíseo, no es santo de la devoción del presidente, pero éste es consciente de su gran popularidad.

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