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Un inculpado por el incendio de una sede socialista exculpa a otros cinco acusados

José Manuel Vázquez Centeno, uno de los seis acusados del incendio de la Casa del Pueblo de Portugalete, el 25 de abril de 1987, en el que murieron dos personas, y que se encuentra en situación médica de "enférmo incurable", exculpó hoy en su declaración al resto de los procesados en este caso.

El juicio por este suceso comenzó ayer en la sección segunda de la Audiencia de Bilbao y a la sesión de apertura acudieron los máximos representantes del PSE-PSOE, aunque no pudieron entrar en la sala por falta de espacio.Los hechos que se imputan a los seis inculpados se produjeron cuando, según la calificación provisional del fiscal, se dirigieron al bar de la sede del PSE-PSOE "provistos cada uno de ellos de un cóctel-mólotov con el fin de protestar contra la política del Gobierno respecto a los presos de la organización terrorista ETA".

Los procesados, según el fiscal, lanzaron estos artefactos contra el local y varios de ellos penetraron por la puerta y la ventana "causando desperfectos" y provocando la muerte de Félix Pena Mazagatos y de María Teresa Torrado y heridas a otras ocho personas.

Cinco de los acusados -José Antonio Basterra Urrutia, José Andrés Uribarrena Ochoa, Jesús López Santa Coloma, Carlos Ciriano Lázaro y Miguel Ángel Guerra Falcón- se negaron ayer a declarar y se remitieron a la declaración realizada en su día.

También indicaron al tribunal que "lamentaban" los hechos que "se juzgaban" y expresaron su deseo de abandonar la sala.

El sexto procesado, José Manuel Vázquez Centero -único de los jóvenes que se encuentra en libertad provisional por una enfermedad incurable-, exculpó a sus compañeros de banquillo del suceso y relató que él y "otras personas" se dirigieron a la sede del PSOE porque "se habían producido unas extradiciones y había que dar una respuesta".

Indicó que habían fabricado cócteles mólotov para, en un principio, quemar un autobús pero "como no pasaba ningur no" se trasladaron hasta la Casa del Pueblo "y ocurrióuna catástrofe en ningún momento intencionada", afirmó.

Aseguró que mientras "las otras personas" que le acompañaban lanzaban los artefactos contra la sede, él se dedicó a advertir y apartar a la gente que se encontraba en los alrededores "para que no pasara nada, y de repente"., añadió, "vi todo ardiendo".

Tras precisar que él no lanzó ningún cóctel, indicó que sus acompañantes tiraron los artefactos incendiarios "contra la fachada" del edificio y agregó que "creían que el bar se encontraba vacío".

Después compareció como testigo Aitor Calvo Barreras que, según el relato del ministerio público, participó en los hechos juzgados, aunque no se le incluyó en el sumario por ser entonces mnor de edad.

Calvo Barreras se negó a declarar por lo que fue detenido y trasladado al juzgado de guardia acusado de un delito de "desobediencia grave a la autoridad".

Poco antes de que empezara el juicio, el secretario de los socialistas vascos, Ramón Jáuregui, relacionó este atentado "con los comportamientos políticos de HB".

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