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Partidarios y contrarios de la independencia lituana toman el centro de Vilna

Pilar Bonet

Millares de manifestantes favorables y contrarios a la independencia de Lituania se encontraban anoche frente a frente, separados por una barrera policial, en el centro de Vilna. Ante esa situación de crispación, el presidente lituano, Vitautas Landshergis, hizo un llamamiento a la calma desde una ventana del Parlamento.

Los dirigentes lituanos temen que el despliegue de unidades blindadas soviéticas en las calles de Vilna tenga como finalidad romper el movimiento independentista, mientras Moscú niega que los refuerzos militares enviados lo hayan sido para derrocar a las autoridades lituanas.La dimisión del Gobierno de Lituania, encabezado por la economista Kazimiera Prunskiene, merma las posibilidades de entendimiento entre el Kremlin y la dirección independentista de Vilna, según coincidían en afirmar ayer varios medios políticos moderados de la república báltica.

Prunskiene dimitió el 8 de enero por la noche, tras una visita relámpago a Moscú donde trató en vano de convencer al presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, para que frenara a los militares soviéticos, según explicó una fuente próxima a la primera ministra dimitida. Gorbachov declinó atender la petición y remitió a la primera ministra a los dirigentes del Ministerio de Defensa, señalaron las fuentes. Éstos han anunciado que actuarán por la fuerza contra los Jóvenes que se nieguen a acudir a filas a partir del 13 de enero en siete repúblicas de la URSS.

Gorbachov no controla totalmente el estamento militar, en opinión de medios políticos bálticos, según los cuales el Ministerio de Defensa emite señales ante los nacionalistas en dos longitudes de onda diferentes, una más moderada, en la que se encontrarían el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor, Mijail Moiséiev, y otra más dura, en la que se sitúan los oficiales del grupo Soluz, tales como el coronel Víktor Alksnis, y también altos oficiales como Valentín Varenikov, viceministro de Defensa y jefe de las tropas de Infantería.

Visita al Báltico

El general VIadislav Achalov, recién nombrado viceministro de Defensa, un especialista en puntos calientes, llegó el 8 de enero a la región militar del Báltico con un grupo de oficiales, según informaba el diario del Ejército Krasnaia Zvesda. Según este medio, el principal objetivo del viaje era conocer la situación en que se encuentra el Ejército y la flota del Báltico.Durante el viaje, señalaba el periódico, se determinarán medidas complementarias para cumplir el decreto de Gorbachov sobre el reclutamiento a filas y medidas para organizar la búsqueda de los desertores. Achalov, miembro del Comité Central del Partido Comunista de la URSS (PCUS) desde julio de 1990, fue nombrado viceministro el 29 de diciembre pasado y en su primera entrevista había manifestado que se ocuparía de las acciones del Ejército en situaciones extremas.

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El general Valeri Manliov, jefe de la dirección de Información del Ministerio de Defensa de la URSS, negó ayer que el Gobierno soviético haya enviado tropas suplementarias a las siete repúblicas afectadas por las medidas especiales sobre el reclutamiento.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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