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El semanario italiano 'L'Espresso' vuelve a poner en la picota a Cossiga

Juan Arias

El semanario L'Espresso publicará hoy nuevas revelaciones que atañen directamente al jefe del Estado italiano, el democristiano Francesco Cossiga. En ellas, el ex capitán de carabineros y ex agente de los servicios secretos Antonio La Bruna acusa a Cossiga de haber manipulado, cuando era subsecretario de Defensa, los 8.000 metros de cintas magnetofónicas de los interrogatorios judiciales a los altos cargos militares involucrados en 1969 en el fallido plan golpista Solo.

Cossiga se siente víctima de un compló organizado contra él por el Partido Comunista Italiano (PCI), y el viernes estuvo a punto de autosuspenderse en sus funciones como protesta contra la actitud del Gobierno presidido por su correligionario Giulio Andreotti, por entender que le ha abandonado a su suerte.Al parecer, la entrevista que hoy publicará L'Espresso a La Bruna estaba en la redacción del semianario ya en septiembre, antes incluso de que explotase el caso Gladio. La dirección de la revista ha decidido publicarla tras conocer que el ex capitán de carabineros había sido interrogado hace unos días por el juez veneciano Felice Casson, quien investiga la estructura secreta de la OTAN conocida como Gladio.

Cintas censuradas

En sus declaraciones, La Bruna, involucrado en todos los escándalos italianos, desde el atentado de Piazza Fontana de Milán al de la estación de Bolonia, pasando por la logia seudomasónica P-2, afirma que los 8.000 metros de cintas de los interrogatorios, bajo secreto militar, del fallido plan sólo fueron censurados por un equipo de los servicios secretos compuesto por dos generales y un coronel, dos capitanes y tres dactilógrafas. Se trataba de eliminar, entre otras cosas, los nombres de todos los políticos y militares allí citados. Y el coordinador de la operación, según La Bruna, fue el entonces subsecretario de Defensa en el Gobierno de Mariano Rumor, Francesco Cossiga, quien le llamaba amistosamente a él "el hombre de la radio", porque era el técnico encargado de que no se notaran los cortes en las cintas.El plan Solo, que se llamaba así porque debía ser organizado sólo por el arma de carabineros, tenía por objetivo impedir la llegada al Gobierno de las izquierdas.

Sobre dicho golpe, que preveía la detención y el secuestro en una isla italiana de los 731 principales personajes políticos y sindicales de la izquierda, se había empeñado a fondo el semanal L'Espresso cuando su director era Eugenio Scalfari, hoy director del diario La Repubblica.

El golpe, que presuponía la ocupación del palacio presidencial del Quirinal, de la sede del Gobierno, del Parlamento y de la RAI-TV, debía haberse producido el 14 de julio de 1964, pero aún hoy se ignora el motivo real por el que acabó fallando.

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Quizá se explique ahora por qué el juez veneciano quería interrogar al presidente Cossiga. Sobre todo para averiguar algo fundamental: si aquellos 731 personajes que tenían que haber sido detenidos debían haber sido trasladados al lugar secreto de Cerdeña donde ahora se sabe que estaba el centro de entrenamiento de Gladio. En ese caso, la conexión de Gladio con la operación Solo quedaría probada.

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