Felipe González dice que el cambio de Gobierno no depende de la situación de crisis en el Golfo
El presidente del Gobierno, Felipe González, respondió ayer con un no tajante, al término de su visita a Suecia, a una pregunta sobre si las actuales polémicas en las que intervienen miembros de su Gabinete perjudican la cohesión del Gobierno. A otra cuestión sobre si las responsabilidades que asumen varios ministros en el seguimiento de la crisis del Golfo dificultan que se produzca ahora un reajuste gubernamental, respondió: "No hay relación de causa a efecto". González calificó de "simplificación" las opiniones que citan al vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, como impulsor de una operación para desbancar a Joaquín Leguina de la secretaría general de los socialistas madrileños.
"Esa opinión es una simplificación que no se compadece con la realidad, como diría Luis Gómez", dijo González citando a un crítico histórico del PSOE alejado de la política activa como es Gómez Llorente. González lamentó que el debate político en vísperas del congreso de su partido esté derivando en enfrentamientos personales.
Felipe González hizo estas declaraciones ayer en una conferencia de prensa con la que concluyó su estancia en la residencia campestre del primer ministro sueco, Ingvar Carlson, a 140 kilómetros de Estocolmo.
El presidente se mostró un tanto críptico al opinar. sobre cuestiones de su partido y del Gobierno ofreciendo unas declaraciones no demasiado esclarecedoras.
Así al ser preguntado por la intervención del vicepresidente Alfonso Guerra en la pugna de José Acosta contra Joaquín Leguina señaló: "Es una simplificación que como diría Luis Gómez, no se compadece con la realidad". Dicho eso no precisó cual era la enjundia del conflicto.
Debate y enfrentamientos
El presidente español lamentó aunque con palabras muy cautelosas que, en vísperas del Congreso del PSOE del próximo mes de noviembre, el debate ideológico haya derivado en enfrentamientos personales. "En política", dijo, "se dan a veces alternativas que se simbolizan en personas".
"El debate", prosiguió, "debería mantenerse más en el nivel de las ideas y no en el de los enfrentamientos personales". "Lógicamente, antes de un congreso emergen estas cuestiones, pero no es para dramatizar". Al ser preguntado por un informador sobre si iba a participar en el debate previo al 32 congreso federal respondió :" Contestándole ya intervengo y lo seguiré haciendo hasta entonces".
Acompañado por su anfitrión, el socialdemócrata Carlson, de 55 años de edad, González dió la conferencia de prensa en pantalones vaqueros y sin corbata, una prenda que el primer ministro sueco sí se puso antes de comparecer ante las cámaras de televisión.
Ambos mandatarios pasaron la mañana conversando mientras paseaban y después, ataviados con chalecos salvavidas, remaron en barca por el largo que baña la localidad de Harpsund. En todo momento estuvieron acompañados de un intérprete toda vez que González y Carlson no tienen una lengua común en la que puedan entenderse.
El barco fue también, pero esta vez el Bjorkfjarden de 38 metros de eslora, el medio de transporte elegido para volver por el lago de Malaren desde Mariefred a la isla de Riddarholmen en Estocolmo en el curso de una travesía que duró tres horas y media.
El presidente español pasó la última noche en la residencia de Haga para personalidades extranjeras y hoy a las 14.00 horas el avión Falcon 900 en el que viajó el viernes a la capital sueca tiene previsto aterrizar en Madrid.
Aunque, a diferencia de lo que sucede con Francia o Alemania Federal, las cumbres hispano-suecas no están institucionalizadas ésta es la segunda que se celebra en dos años. González se entrevistó con Carlson en Madrid en 1988 y en 1985 el presidente español visitó en Suecia a Olof Palme que fue asesinado en 1986.
