Pérez de Cuéllar finaliza "decepcionado" su mediación
ENVIADO ESPECIAL Pocas palabras le bastaron ayer a Javier Pérez de Cuéllar para informar al mundo de que no había habido milagro durante sus dos días de conversaciones en Ammán con el ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Tarek Aziz. "Debo confesar" dijo el secretario general de la ONU, "que salgo de Ammán decepcionado". Pérez de Cuéllar no obtuvo del ministro iraquí ni una sola concesión a las exigencias del Consejo de Seguridad de la ONU: retirada de las tropas iraquíes de Kuwait, restablecimiento en el emirato de la dinastía Al Sabah y liberación de los extranjeros retenidos.
Como Pérez de Cuéllar reconoció en su encuentro de la mañana de ayer con los periodistas, la posibilidad de desactivar la crisis del golfo Pérsico está ahora entre las manos de los presidentes norteamericano y soviético. El próximo domingo, George Bush y Mijaíl Gorbachov deben reunirse en Helsinki para discutir acerca de la explosiva situación creada por la invasión iraquí de Kuwait, de la que ayer se cumplió el primer mes.Pérez de Cuéllar no es precisamente un hombre que irradie alegría, pero en su comparecencia ante la Prensa internacional estuvo más tristón que nunca. El secretario general de la ONU sólo se permitió una broma: responder que estaba acatarrado a la pregunta de un periodista sobre su estado de ánimo. Más en serio, Pérez de Cuéllar, que en efecto había terminado afónico sus conversaciones del viernes y el sábado con Tarek Aziz, añadió: "Me hubiera gustado dar al Consejo de Seguridad la noticia de la existencia de progresos reales en este conflicto, pero, lamentablemente, no puedo hacerlo y no puedo prever las consecuencias que ello tendrá".
Pérez de Cuéllar recordó que él había sido el promotor de las reuniones en Ammán con el ministro iraquí, y precisó que, no obstante, él no tenía ninguna posibilidad de negociar en la capital jordana con el enviado de Sadam Husein. Su misión se limitaba a explorar las posibilidades de que Irak aceptara las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
No hubo apertura
Pero Pérez de Cuéllar es un excelente diplomático fogueado en misiones casi imposibles, como probó al lograr en 1988 la aceptación por ambos beligerantes de un alto el fuego en la guerra que oponía a los guerreros de Bagdad y los ayatolas de Teherán. Y si viajó a Ammán, reconoció ayer, es porque esperaba alguna apertura por parte iraquí". No la hubo. Tarek Aziz le repitió las tesis de Sadam Husein sobre la legitimidad de su invasión y anexión de Kuwait, y volvió a postular una solución "estrictamente árabe" a la crisis.
En Ammán, el secretario general de la ONU gastó mucha saliva intentando explicar al ministro iraquí que la invasión de Kuwait "tiene una dimensión internacional". Pérez de Cuéllar resumió así las razones expuestas ante Tarek Aziz: "Los intereses internacionales comprometidos, el despliegue de fuerzas militares en la zona y la presencia de muchos ciudadanos de terceros países en Irak y Kuwait".
Tampoco aceptó el secretario general de la ONU el argumento 1 con el que Sadam Husein se ha ganado el corazón de muchos árabes: la comparación de la invasión de Kuwait con la ocupación militar israelí de territorios palestinos. Desde el golfo Pérsico al Atlántico, millones de árabes se sienten hoy heridos por el hecho de que, tras décadas de indiferencia al drama palestino y de complacencia ante un Estado de Israel que hace oídos sordos a las resoluciones de la ONU que exigen su retirada de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental, Estados Unidos y los occidentales se hayan apresurado a desencadenar una cruzada para defender sus intereses petroleros.
Pero Pérez de Cuéllar efectuó un llamamiento para que el actual interés mundial por los asuntos de Oriente Medio no se resuelva al día siguiente de un hipotético castigo a Sadam Husein. El secretario general de la ONU dijo: "Deseo que los acontecimientos actuales sirvan para abrir los ojos del mundo al problema palestino".
Tras dos días de entrevistas con Tarek Aziz, la única buena noticia que el secretario general de la ONU pudo aportar fue la promesa de Irak de que no dará ningún paso que "incremente la actual tensión militar".
[Pérez de Cuéllar llegó ayer por la tarde a París, donde hoy preside la apertura de la segunda conferencia de la ONU sobre los países menos avanzados. Después de entrevistarse con el ministro de Asuntos Exteriores francés, Roland Dumas, el diplomático peruano subrayó en una entrevista televisada la importancia de "actuar deprisa" porque, dijo, la situación es explosiva y "el tiempo va contra la paz y en favor de Bagdad".
Pérez de Cuéllar subrayó el papel de los países miembros de la Comunidad Europea en la crisis y dijo que en el futuro "Europa tiene el derecho y el deber de estar más presente" en el panorama internacional].
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