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Entrevista:

"La izquierda alemana ya no existe"

"Después del 68 la izquierda no ha hecho otra cosa que romperme los nervioso", dice Bruno Ganz al recordar su pasado izquierdista. Sobre la nueva situación alemana y sus repercusiones en el mundo cultural, Ganz asegura que "ahora la izquierda alemana ya no existe, ha dejado de existir, porque sólo se alimentaba de los experimentos de la RDA y no del trabajo intelectual de los alemanes del Oeste".En su opinión, es difícil predecir lo que supondrán estos cambios en el teatro y la cultura alemanas pero asegura que "lo que ya se puede ver ahora ahora es que para los artistas y los intelectuales que basaban su trabajo en la situación del Este, ésto les va a suponer un problema tremendo de creación y de identidad. En Alemania, las izquierdas, tal como lo ha definido Günter Grass en EL PAÍS, tenían la nostalgia de una esperanza traicionada, porque para muchos el pueblo de la RDA era el encargado de llevar a cabo el experimento de la izquierda", comenta.

Fallido el experimento, no va len reproches. "Considero que hay una cierta hipocresía en esta izquierda decepcionada que afirma que no se puede vivir sin esperanza ni utopía cuando acabamos de asistir a un enorme movimiento de liberación de un pueblo que ha logrado la caída del sistema del partido único de la RDA", dice el actor, que opina que el miedo al consumismo es justificado pero antes hay que dejar que los otros puedan disfrutar también de los mismos beneficios para buscar luego otra vía alternativa.

De hecho, aunque Ganz se confiesa muy feliz de haberse encontrado en Berlín el día en que cayó el muro -"hay que mantener un cierto distanciamiento de estas cosas"- no por ello dejó de alegrarse. "Como mínimo, estoy tan contento de la caída del partido único de la Alemanía del Este, como lo estuve de la caída del regimen de Franco", explica. El que fuera "ángel" en Cielo sobre Berlín, vive desde hace años en esta ciudad alemana y comenta que en el futuro, con la unificación ésta dejara de ser una isla para ser una metrópolis con mucha fuerza".

Ritmos

Considera necesaria la rapidez con la que se está llevando a cabo la unificación en el terreno económico aunque reconoce que, "tal vez en el aspecto cultural, de las artes, los medios de información y la justicia el ritmo es excesivo, habrá que esperar un poco más".

En el aspecto profesional, Bruno Ganz no ha dejado de trabajar en ningún momento, aunque sin prisa, eligiendo muy bien los guiones o cuando la tentación de trabajar con determinado actor o director era demasiado irresistible para negarse. Ello le llevó a trabajar con directores- como Peter Handke -La mujer zurda-, Alain Tanner -En la ciudad blanca-, Wolfang Petersen -El jugador de ajedrez-, Werner Herzog -Nosferatu-, Win Wenders -El amigo americano, Cielo sobre Berlín-, nombres claves del cine europeo de los últimos tiempos.

Ganz rodará a finales de verano una película con un director británico, lan Sellers, que llevará por título Praga. "Es una película curiosa", comenta el actor. Y después desgrana un argumento en el que un joven americano busca en Praga un rollo de película antigua en el que aparece su familia cuando ésta realizó un intento fallido de fuga durante la ocupación alemana.

También parece gustarle repetir directores y si tuvo que pasar tiempo hasta que volvió a rodar con Wenders, ahora se ha dado el gusto de volver a trabajar a las órdenes de Giusseppe Bertolucci, hermano de Bernardo, con el ya rodó una película hace 12 años. La película se rodó en Italia, todavía está en proceso de montaje y se titula La domenica specialmente. "Está dividida en cuatro episodios que dirigen diferentes directores. El primero es el que dirige Bertolucci y trabajo junto a Ornella Mutti".

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