Ladridos nocturnos
Somos muchos los madrileños -que pasamos el fin de semana en la sierra, sufriendo una odisea de nervios, caravanas, humos, calor, etcétera, pensando que cuando estemos allí habrá fresquito, podremos dormir y descansar. Por fin llegamos, exhaustos y deshidratados tras pasar de tres a cuatro horas en el coche, soñando con dormir fresquitos. Llegada la hora, nos metemos en la cama... En ese mismo momento comienza una serenata de ladridos que ya no termina hasta la mañana siguiente. Un centenar de perros ladrando toda la noche. Y es que ahora la moda es tener perro, si pueden ser dos, mejor que uno, y muy grandes. Tampoco podemos salir a dar un paseo de madrugada, pues una manada de perros de gran tama¡lo andan sueltos por la calle sin bozal, y nos arrinconan en cualquier parte, con los dientes a la altura de nuestras caras, mientras el dueño, impasible, te dice: "No se asuste, no hace nada".Y los demás vecinos hemos de aguantar esto noche tras noche, pues no hay forma de defendernos contra ello. ¿Cuándo las autoridades van a tomar medidas contra estos ciudadanos que sacan a pasear a sus perros llenando de mierda aceras, calles y parques públicos y destrozando el descanso de los demás impunemente? Porque los perros, en el fondo, no son los culpables, sino la mala educación y falta de civismo de sus dueños.- Angelines Llorente.
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