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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El grupo del año

Parallel RealitiesJack DeJohinette (batería), Herbie Hancock (plano y teclados), Pat Metheny (guitarras), Dave Holland (contrabajo). Polideportivo de

Mendizorrotza, Vitoria. 18 de julio.

¿El concierto del año? Prácticamente seguro. ¿El grupo del año? Sin lugar a dudas. Lástima -que será un grupo de vida corta, como todas las reuniones de superhéroes.En momentos en los que el Jazz vive etapas de incertidumbre es sorprendente, significativo y sugestivo que sean los viejos maestros los que tengan que leerles la cartilla a los más jóvenes. Parallel Realities es la novedad más prospectiva dentro de la ortodoxia contemporánea que, casualmente, Hancock, DeJohnette, Holland y Metheny han contribuido en buena medida a edificar.

El concierto, largo, denso y caluroso, se estructuró alrededor de los mejores temas de Parallel Realities, el reciente disco de DeJohriette, con la inclusión de algún clásico de Hancock o de Metheny. Cerrando la velada a modo de bis, el harmolodoico e inevitable recuerdo, cuando Metheny y DeJohriette están presentes, al gran Ornette Coleman con una versión recalcitrante de su Good life. Final más que feliz.

Dos horas y media de música de una contundencia aplastante en la que el virtuosismo individual, mucho y aún sorpresivo, se equilibraba con un profundo trabajo colectivo. Música densa pero eminentemente contagiosa que entusiasmó al público que abarrotaba Mendizorrotza y ante tal incontestable despliegue musical hasta olvidó el asfixiante calor que reinaba en el polideportivo.

A pesar de todos los pesares, Hancock volvió a demostrar que su elocuencia ideatoria es mucho mayor ante el piano que ante los múltiples teclados eléctricos, mientras que Metheny hacía gala de ese sonido cada vez más limpio y bello. Metheny alternó el Synelavier con su vieja Gibson y utilizó una acústica Ovation para dialogar con el contrabajo majestuoso y señorial de Holland. Y DeJohnette, aparentemente en segundo plano, sentenciando la noche y marcando el camino por el que discurría toda la música. Cuatro maestros en el ejercicio de su mejor sabiduría.

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