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Oteiza contra Chillida

Hoy se instala en Gernika la obra de Moore que reactivó la polémica entre los dos escultores

Hoy será instalada en Gernika (Vizcaya) la escultura de Henry Moore Large figure in a shelter (Gran figura en un refugio), encargada en su día por el Gobierno vasco y que fue motivo, a finales de junio, de una violenta crítica por parte de Jorge Oteiza, otro de los grandes escultores vascos; Jorge Oteiza, que reactiva periódicamente sus ataques a Eduardo Chillida mediante cartas a los periódicos, dice últimamente que éste le plagia. Ante el último escrito de Oteiza, Chillida aconsejó a Oteiza cumplir con el precepto bíblico de honrar al padre y a la madre, y le pidió calma.

"Cualquiera que haya sabido un poco de la trayectoria verbal de Oteiza, y digo verbal porque la escultórica terminó en 1957 como él ha dicho, se ha dado cuenta que sólo la envidia rige su discurso", afirma el subdirector del Centro de Arte Reina Sofía, Kosme de Barañano."Oteiza es un escultor mediocre y un gran publicista. Henry Moore es el mejor escultor inglés de todos los tiempos; Eduardo Chillida, una personalidad clave de la escultura internacional del siglo XX. A las barbaridades de Oteiza", concluye, "siempre muy pensadas, no hay que darle mayor importancia".

Formas

El crítico Javier Viar rechaza cualquier indicio de plagio en la obra de Chillida. "Ha sido un investigador de muchos caminos. La obra de Chillida es previa a la de Oteiza, no sólo en el inicio de la abstracción, sino también en la utilización de determinadas formas, que provienen de otros artistas y, posteriormente, se encuentran en la obra de Oteiza".Viar entiende que desde el punto de vista histórico es ridículo atribuir los descubrimientos de Chillida a otros escultores vascos. "En el momento del despegue de la vanguardia vasca, él inventó las formas que se atribuyen a esta escuela escultórica". Y añade: "Oteiza es un escultor interesante, pero es injusto tergiversar la historia para atribuirle el carácter de maestro de todos los escultores vascos", dice.

El enfrentamiento entre Oteiza y Chillida tiene 30 años. Es un conflicto que se ha radicalizado y divide en dos bloques en el País Vasco a los partidarios de uno u otro, los dos artistas vascos más relevantes del siglo. En sus últimas críticas Oteiza acusa a Chillida de plagio, arremete de nuevo contra la política cultural del Gobierno vasco y califica de engendros las esculturas de Henry Moore y Chillida instaladas en Gernika (Vizcaya).

En 1959, dos años después de conseguir el premio de escultura de la IV Bienal de Sao Paulo, Jorge Oteiza decidió concluir su trabajo de escultor, y desde entonces escribe ensayos de interpretación estética y antropología vasca.

Recluido en su casa de Alzuza (Navarra) Oteiza reinicia el enfrentamiento verbal periódicamente a través de cartas a los periódicos, pero se niega a exponer sus críticas. Su esposa, Itziar Carreño, contesta las llamadas telefónicas con un invariable mensaje lacónico.

En sus inicios, las polémicas suscitadas sobre Oteiza se mantuvieron en el País Vasco. Los testigos de aquella época destacan el esfuerzo del escultor guipuzcoano por ostentar el liderazgo de los artistas vascos, constituir la escuela vasca y conseguir el reconocimiento internacional.

Desde hace años las críticas de Oteiza han llegado a la opinión pública a través de sus libros y cartas. En el último documento, publicado semanas antes de la inauguración oficial de la escultura del británico Henry Moore en Gernika Oteiza se atribuye la primera escultura no figurativa y acusa a Chillida de plagio. "Ahora son ya dos los engendros", dice, sobre las esculturas de Gernika.

"Oteiza es una persona oscurecida por su propio mito", afirma Badiola en Oteiza. Propósito experimentaL "Hace unos pocos años era muy difícil acceder a su escultura. En otros casos, ésta ha sido minusvalorada en relación a la entidad de su aportaciones teóricas".

Eduardo Chillida, nacido en San Sebastián en 1924, 16 años después de que Oteiza viniera al mundo en Orio (Guipúzcoa), obtuvo en 1958 el gran premio de escultura de la Bienal de Venecia.

Los reproches que Oteiza dedicó a Chillida a lo largo de los años 60 y 70 quedaron patentes en el libro Oteiza, su vida, su obra, su pensamiento, su palabra, de Miguel Pelay Orozco (1978). "Chillida es el único artista vasco que se ha opuesto a la escuela vasca", afirmaba Oteiza. "Chillida ha querido ser él solo. No solamente ha sido incapaz de nombrarnos a los artistas de su país, de hablar de nuestro movimiento cultural, sino que ha dejado perder oportunidades en que la atención internacional se hubiera volcado en nuestro país". Chillida ha mantenido siempre silencio. Ante el aluvión de críticas del último escrito sólo provocó en Chillida una respuesta: "Le aconsejo a Oteiza que cumpla el consejo bíblico que dice honrarás a tu padre y a tu madre".

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