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PERFIL / ELIZABETH REHN

La mejor defensa finlandesa es una buena ministra

"Debo decir que me quito el sombrero ante mis colegas masculinos que, me eligieron, a despecho de las tradicionales objeciones que se plantean en estos casos", declaró Elisabeth Rehn, la parlamentaria finlandesa de 55 años que el pasado lunes fue elegida ministra de Defensa de su país en una histórica decisión del Parlamento. Hasta donde se sabe no hay antecedentes en el mundo de un caso semejante. Máxime, cuando el fantasma de la vecindad soviética ha hechizado la existencia de esta nación, hechizo que la perestroika ha ayudado a conjurar.Pese a que en Finlandia no ha desaparecido la discriminación por sexos, no ha habido resistencias a la elección de una mujer para ocupar un cargo cuyas funciones se asimilan no sólo a lo masculino, sino a la representación del poder militar y guerrero. Incluso parlamentarios de la nueva y vieja guardia han felicitado a Elisabeth.

Ni sus estudios y trabajos anteriores, ni su entorno familiar, ni sus inclinaciones personales parecían predestinarla para que algún día desempeñara la titularidad del Ministerio de Defensa. Aun teniendo en cuenta que el cargo tiene limitaciones constitucionales que recortan su poder real, su designación tiene especial significado.

En Finlandia, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas es el presidente de la República, actualmente Mauno Koivisto, y de hecho ejerce tales funciones no solamente en el texto constitucional. No puede esperarse, por tanto, que la nueva ministra sea un factor decisivo en la seguridad del país, y ella es la primera en tener esto claro. "Actualmente", afirma, "no se trata en primer término de una amenaza militar, sino de la preparación para enfrentar, por ejemplo, un accidente nuclear. Y esto concierne por igual a hombres y mujeres".

Sus estudios académicos revelan una inclinación por la economía, los problemas sociales y el desamparo de la niñez particularmente en los países subdesarrollados. Desde 1979 ocupa un escaño en el Parlamento por el Partido Popular Sueco, uno de los cuatro partidos que integran la coalición del inusual Gobierno de socialdemócratas y conservadores, que ha funcionado sin mayores tropiezos desde hace unos cuatro años.

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En su trabajo parlamentario, Elisabeth Rehn ha trabajado muy de cerca en todo lo relacionado con los programas de ayuda a países del Tercer Mundo, ha ocupado la presidencia local de Unicef -que en Finlandia es un organismo que funciona en la órbita del Ministerio de Asuntos Exteriores-, todo lo cual le ha permitido adquirir una sólida experiencia y también una nueva visión del mundo. "El trabajo de ayuda al exterior debe verse como una totalidad", declara."El objetivo prioritario debe ser una radical disminución de la pobreza en el mundo. El dinero que hasta ahora se ha empleado en armamentos puede ser utilizado para esos fines".

Pero entiende que ello no puede encararse de forma ingenua. "No se puede hacer esto de un día para otro", dice, "no podemos sacar conclusiones apresuradas de lo que está ocurriendo en Europa. Un país que no pueda defenderse se desvaloriza como nación".

De su propia experiencia en el uso de las armas recuerda una anécdota de su niñez que la marcó para siempre, cuando, en compañía de su abuelo, disparó a una corneja. "Cuando comprendí que mi disparo la había alcanzado y estaba muerta, me prometí no disparar nunca más contra una criatura viviente, y he cumplido".

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