El Gobierno logra que también el PP se sume a los partidos que negocian pactos con el Ejecutivo

El Partido Popular (PP) ha decidido poner término a su período de hostilidades con el Gobierno, iniciado con su repulsa a las afirmaciones y al estilo del vicepresidente del Gobierno en el debate parlamentario sobre el escándalo Juan Guerra. Ahora, el partido que dirige José María Aznar prevé restablecer el diálogo con los socialistas tras el congreso nacional que el PP celebrará este fin de semana en Sevilla. Precisamente, el presidente del Gobierno, Felipe González, ofrecerá el 5 de abril, en el debate de la moción de confianza, un pacto institucional a todas las fuerzas políticas.

Tras la crítica comprensiva, e incluso las coincidencias, de Aznar con el ministro de Economía, Carlos Solchaga, en el debate sobre los presupuestos, el portavoz popular, Rodrigo Rato, se entrevistó ayer con Javier Solana para discutir sobre la LOGSE.El PP mantendrá la estrategia de oponerse en principio a los proyectos del Gobierno, pero a la vez está dispuesto a discutir con los socialistas aspectos concretos, especialmente en asuntos en los que sus votos son imprescindibles para sumar la mayoría exigida en algunas votaciones parlamentarias. De este modo, los populares intentan terminar con el aislamiento en que se han encontrado en las últimas semanas, como consecuencia especialmente de la convergencia del CDS, PNV y CiU con el Ejecutivo.

Un destacado dirigente del PP que hasta hace pocos días había realizado duras declaraciones contra los socialistas comentaba ayer que en tono relajado que, en el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado, Solchaga había estado "cariñoso" en sus referencias al PP, y Aznar "comprensivo" hacia la política económica del Gobierno, dentro de su actitud crítica. "No seremos tan trogloditas cuando en el tema político más importante, como es la economía, hemos hecho una crítica razonable".

Autonomía ante la Iglesia

Preocupados por mostrar una clara autonomía respecto a la jerarquía eclesiástica y por las consecuencias de un enfrentamiento agresivo entre el Gobierno y la Iglesia por la LOGSE, los dirigentes del PP aseguran que no desean una "guerra escolar", aunque esos altos cargos resaltan que "sería un error que el 14-D [fecha de la huelga general de 1988] de 1990 fuera con la Iglesia".

Esta actitud modera la adoptada inicialmente por el portavoz popular en la comisión de Educación, Enrique Fernández Miranda, quien hace varias semanas anunció la movilización de los militantes del PP contra la LOGSE. Aunque la cúpula del Partido Popular es partidaria de presentar una enmienda a la totalidad de la ley, a la vez ha optado por establecer negociaciones con el Gobierno.

Por su parte, el Gobierno explica que "ahora hay unas no relaciones que se podrían retomar cuando los dirigentes del PP quieran. No tienen más que manifestar su voluntad", según declaró ayer un miembro del Ejecutivo.

Tras haber presentado a los populares como un grupo acompañado sólo por IU frente a un denominado "bloque constitucional", los socialistas proclaman ahora su disposición a tomar de nuevo el diálogo con el PP.

El PP está decidido a restablecer tras ese debate parlamentario las negociaciones con Eduardo Martín Toval, presidente del Grupo parlamentario Socialista, y con el ministro para las Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero. Las negociaciones se centrarán en la elección del Consejo de Administración de RTVE, la reforma del estatuto del Ente público y las modificaciones en el sistema de elección del Consejo General del Poder Judicial y de la ley electoral. Aspectos todos estos que desde hace varias semanas están siendo ya debatidos por el PSOE con el CDS, Convergència i Unió y el Partido Nacionalista Vasco.