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Namibia estrena el Parlamento de su independencia

"Para el pueblo namibio y para mí, este día, el 21 de marzo de 1990, es el más memorable y más emotivo momento en los anales de nuestra historia". Con estas palabras, Sam Nujoma, presidente del recién nacido Estado namibio, inauguró ayer, en el Tinteenpalast, tradicionalmente la sede del Gobierno colonial en Windhoek, el Parlamento más joven del mundo. El histórico acto constituye el paso inmediato a la proclamación de la independencia, la noche anterior, cuando el presidente surafricano, Frederik de Klerk, dijo adiós a la soberanía de su país sobre Namibia con un llamamiento esperanzador para el comienzo de una nueva era de paz y cooperación en Africa.

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Sam Nujoma, 30 años en el exilio

Los 72 miembros del flamante Parlamento namibio fueron ocupando sus puestos alrededor de la mesa presidencial. Sonrisas, saludos, bromas e intercambio de firmas en los libros de recordatorío que cada uno halló en su mesa. La mayoría pudo volver a su país sólo después de que la ONU pusiera en marcha la implementación de la resolución 435 para la transición a la independencia y celebración de elecciones libres. Padecieron años, incluso décadas de exilio, tras huir de Namibia por su militancia en la SWAPO, el movimiento de lucha armada contra la Administración del Gobierno surafricano que entonces ejercía su poder en Namibia desde el mismo lugar donde ahora ellos van a marcar el futuro del 160' miembro de la ONU. Por fin, Sam Nujoma, líder de la SWAPO y nuevo presidente, hizo su entrada en la sala, donde se hizo el silencio."Esta solemne hora es el momento que nuestro pueblo ha estado esperando. Éste es el día por el cual decenas de miles de patriotas namibios dieron sus vidas, vertieron su valiosa sangre, sufrieron la cárcel y tuvieron una vida difícil en el exilio. Hoy, nuestros corazones están llenos de enorme alegría y júbilo porque nuestro deseo más profundo se ha convertido en realidad", dijo Nujoma.

Los tiempos han cambiado para los dirigentes de la SWAPO, que hoy son mayoría en el Parlamento gracias a las elecciones libres celebradas el pasado noviembre bajo la supervisión de la ONU. Las saharianas color caqui o aire militar que hicieron furor con el auge del populismo, africano lanzado por Juhus Nyerere en Tanzania, son una excepción entre los parlamentarios enfundados en elegantes trajes de chaqueta americana y corbatas de seda. Ninguno, sin embargo, estaba en condiciones de competir con el encanto defrochado por la única mujer entre los 18 ministros del Gobierno, Libertina Amathila, titular de la cartera de Gobierno Local y la Vivienda. Su chispa y viveza la han convertido en la principal voz a favor de los derechos de la mujer en Namibia.

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